El anillo que el Papa Francisco portaba era de plata bañada en oro, con una imagen de San Pedro sosteniendo las llaves de la Santa Sede.
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El fallecimiento del papa Francisco marca el fin de una era en la Iglesia Católica y, con ello, se inicia una serie de rituales solemnes, entre los que destaca el relacionado con el Anillo del Pescador, uno de los símbolos más importantes del papado.
Pero, ¿qué es el Anillo del Pescador? Según AP, esta joya recibe su nombre en honor al apóstol Pedro, quien fue pescador y es considerado el primer papa. El anillo representa la autoridad del pontífice como sucesor de San Pedro, el “pescador de hombres”.
Cada papa recibe un anillo único al comienzo de su pontificado, y este es destruido tras su fallecimiento o renuncia, como parte de un protocolo que simboliza el fin oficial de su autoridad.
En el caso del papa Francisco, quien estuvo ausente de los ritos de Semana Santa debido a complicaciones de salud, el anillo que portó era de plata bañada en oro, con una imagen de San Pedro sosteniendo las llaves de la Santa Sede.
Pese a que el anillo normalmente es elaborado a base de plata, el anillo del pontifice argentino esta elaborado a base de plata reflejando su sencillez, humanidad y austeridad. Con la muerte de Francisco, el camarlengo —el cardenal Kevin Joseph Farrell— es el encargado de certificar su fallecimiento y presidir el ritual de la destrucción del anillo.

¿Qué representa el Anillo del Pescador del papa?
Pese a que el Anillo del Pescador hace alusión a San Pedro, quien fue discípulo de Jesús y es considerado por la Iglesia Católica como el primer papa. Algunos anillos papales lo representan lanzando redes desde una barca.
Mientras que otros muestran a Pedro con las llaves del Reino de los Cielos, símbolo de la autoridad espiritual que, según la tradición, Cristo le confirió como primer obispo de Roma.
De acuerdo con el portal Britannica, cuando un nuevo papa asume el pontificado, la entrega del Anillo del Pescador representa la responsabilidad que se le encomienda como sucesor de San Pedro y guía de la Iglesia. Tradicionalmente, el anillo se lleva en el dedo anular de la mano derecha.
“La costumbre de presentar un anillo a los obispos en su ordenación episcopal data al menos del siglo VI d. C., probablemente como un ritual para denotar el compromiso matrimonial y la fidelidad de un obispo a su diócesis como su ‘esposo’”, detalla.

¿Por qué se destruirá el anillo del Papa Francisco?
Tras la muerte de Francisco, como parte de los rituales solemnes, se procedió al sellado de su departamento ubicado en la residencia Casa Santa Marta, y no en el Palacio Apostólico, por decisión personal y se de la destrucción de su Anillo del Pescador, que será golpeado con un martillo especial en presencia del Colegio Cardenalicio.
Esta acción se realiza inmediatamente después del fallecimiento del pontífice, con el fin de prevenir posibles falsificaciones del sello contenido en el anillo.
Mientras que en el caso de Benedicto XVI el anillo fue destruido tras su renuncia en 2013, por lo que la ruptura del anillo simboliza el cierre de un ciclo pontificio. Cabe mencionar, que este evento tiene lugar antes de que los cardenales inicien formalmente el cónclave papal para elegir al próximo papa.
Francisco, el primer papa latinoamericano, ha dispuesto en su testamento su voluntad de ser enterrado en una capilla en la basílica de Santa María la Mayor y en una tumba sencilla.

¿Por qué la gente besa el anillo del Papa?
La tradición de besar el Anillo del Pescador, aunque se remonta a siglos atrás, fue formalmente establecida en el siglo XV en un manual sobre ceremonias papales.
Según el portal religioso CNA, este gesto, también habitual con los obispos, simboliza reverencia hacia su dignidad como sucesores de los apóstoles. Asimismo, besar la mano del sacerdote representa respeto por haber sido ungida con el crisma para consagrar el Cuerpo de Cristo.
La oración que tradicionalmente dice un obispo antes de revestirse con su anillo para la Misa pontifical es: “Los dedos de mi corazón y de mi cuerpo, oh Señor, adorna con la virtud, y con la santificación del séptuple Espíritu los rodea”.
Sin embargo, esta práctica comenzó a transformarse a partir del pontificado de San Pablo VI, en las últimas décadas del siglo XX, cuando decidió suprimir otras formas tradicionales de mostrar obediencia al Papa, como besarle el pie, el hombro o la mejilla.