* La joven parió en el piso cercano al baño de la recepción de urgencias del hospital Regional de Puerto Vallarta. Gracias a la tía de la joven, la bebé no cayó al piso, y el parto lo atendieron en el suelo, exponiendo a la bebé y la mamá a alguna infección. Lamentablemente no había cama para atenderla y todo su parto lo vivió en el piso. Esta es la realidad de los hospitales públicos de la ciudad y la atención del personal médico.
Por Lorena Moguel
NoticiasPV
Como parte de las denuncias ciudadanas, atendidas por NoticiasPV, se confirmó que la madrugada de hoy jueves, 28 de febrero, nació una bebé en el piso al ingreso de la sala de urgencias del Hospital Regional de Puerto Vallarta, situación que indignó a los familiares de la joven que vivió esta mala experiencia, luego de que inicialmente personal médico no quisieron atenderla.
En voz de María Rodríguez, familiar de la joven madre, explicó que llegaron al nosocomio en las últimas horas de ayer miércoles, pero la regresaron al asegurarle que todavía no estaba lista para el parto, la joven regresó en los primeros minutos de hoy y pedía la ayudaran porque sentía que la bebé ya iba a nacer.
La encargada en la recepción de urgencias le señaló que no, que regresara después, que aún no era su turno. Salió la joven e informó a sus familiares lo ocurrido, por lo que su esposo pretendía llevarla a caminar más, pero María, quien es tía de la jovencita, le pidió esperar porque ya estaba a punto de que naciera la bebé.
Regresaron de nuevo pero la respuesta fue la misma, hasta que María decidió checar la dilatación de la joven para saber si ya era urgente. Todavía no terminaba de «checar» cuando de repente empezó a nacer la bebé. Gracias a que ella estaba ahí la recién nacida no cayó al piso, por lo que pidieron ayuda, asistiendo el personal al lugar, para apoyar. Le improvisaron el espacio con una sábana y esperaron a que el médico de guardia saliera a ayudar, pero tardó varios minutos, hasta que —denunció María– «el doctor le dio la gana ir a cortar el cordón umbilical».
En su desesperación, María le gritaba a la asistente que atendieran a la bebé porque no estaba respirando, la respuesta de la mujer fue a grito igual: «¡espérese!». Situación que molestó a María y confrontó a la asistente.
Para eso pasaron más de 30 minutos, en lo que atendían a la bebé y la mamá, pero ¡en el piso!. Luego solicitaron que la subieran a una camilla porque no había camas y la única forma de estar ahí era en la camilla. Esperaron a que todo se tranquilizará.
Pero fue hasta que pidieron que firmaran un documento donde los deslindaban de toda responsabilidad de lo que había corrido. Y enfatizando que habían sido «bien atendidas». La familia de la bebé no quiso firmar el documento y advirtieron iban a denunciar los hechos, «porque es indignante». En respuesta el médico les respondió: «¡pues váyanse a la chingada», denunció María que fueron las palabras textuales del galeno.
Por fortuna, la bebé y la mamá están bien de salud, luego de que las dieron de alta y pasaron esta amarga experiencia. La familia de la bebé agradece el gran gesto humanitario de las personas que fueron testigos de esta situación, ya que se apiadaron y les regalaron una cobija a la bebé y toallitas para limpiarse las manos, «ya que ni agua había en el baño para lavarme las manos, porque quedé toda manchada de sangre al atender a mi sobrina», así finalizó María este amargo relato.