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Para que Juan de Dios pudiera ser operado de un aneurisma, su padre, campesino de Morelos que gana 150 pesos al día, pidió prestados 32 mil pesos que le cobraron en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (Innnmvs). Nos vale más nuestro hijo aunque nos quedemos sin nada
señaló Cruz Martí-nez Valverde.
La mayor parte del costo fue por los 15 días de hospitaliza-ción, más de 28 mil pesos, a pesar de que en el estudio socioeconómico para determinar las cuotas a pagar, el área de Trabajo Social le asignó el nivel uno, el cual es el más bajo.
Esa es la parte oficial, de la cual la familia cuenta con los recibos expedidos por el Innnmvs, porque se hicieron otros gastos en medicamentos y materiales adquiridos en empresas privadas, por los cuales no recibieron comprobantes de pago.
En entrevista, Cruz Martínez comentó que personal del hospital les pidió antibióticos y materiales que no había en el nosocomio y con la receta les dieron el número de teléfono a donde deberían hacer el pedido.
Llamaron y, al poco rato, un hombre a bordo de una motocicleta les llevó el medicamento a la puerta del hospital. Le pagaron alrede-dor de 4 mil pesos, pero no recibieron comprobante.
El padre del paciente no sabe leer ni escribir y se siente engañado. No entiende por qué su hijo tuvo que regresar al hospital, donde es-tuvo internado del 11 al 25 de enero.
El pasado miércoles Juan de Dios se sintió mal. Tenía mareos y náuseas. Cuando llegaron de nuevo al Innnmvs, un médico les informó que se requería una nueva cirugía para colocarle una válvula porque presentaba hidrocefalia (agua en el cerebro).
Lo siguiente que se les informó fue que tendrían que hacer un depósito de 3 mil pesos para la hospitalización, más 2 mil 249 para el material quirúrgico. La familia no cuenta con ese dinero ni con ningún otro. El señor Cruz trabaja en el campo, en el cultivo de calabaza y pepino. Por día le pagan 130 pesos y hasta 180 “si me quedo en la noche a regar… ya debemos mucho y antes de la primera operación, nos dijeron que le iban a colocar el catéter (en realidad válvula) y ahora resulta que no lo hicieron”.
Ante la falta de recursos económicos y las dudas sobre la atención que recibió su hijo, Martínez Cruz decidió acudir a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde presentó una queja el miércoles en la noche.
Unas horas después, ya de regreso en el hospital, su esposa le informó que ya habían operado a Juan de Dios. Además de que la CNDH recibió la queja, especialistas consultados explicaron que la vida del joven de 26 años estaba en riesgo por la hidrocefalia.