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Diplomáticos ecuatorianos han elaborado un protocolo especial para detallar las condiciones que tienen que ser «estrictamente cumplidas» por Julian Assange, que permanece en la Embajada de Ecuador en Londres como asilado diplomático. El documento pretende «facilitar en forma ordenada y segura» el procedimiento de las visitas al fundador de WikiLeaks, así como sus comunicaciones y asistencia médica.
Comunicaciones
Los diplomáticos ecuatorianos también han decidido otorgarle al fundador de WikiLeaks el acceso al wifi de la Embajada para conectarse a Internet y realizar llamadas telefónicas a través de su propio ordenador y móvil. El uso de líneas telefónicas de la Embajada, así como de los ordenadores de los empleados será posible solo en casos excepcionales y con previa autorización por escrito.
El nuevo protocolo no le prohíbe a Assange comunicarse con el exterior mediante otras vías, pero se precisa que «todos los costos de comunicación adicionales» deberán ser pagados por el propio asilado y que «la Embajada no costeará ninguna forma o canal de comunicación que quiera emplear el señor Assange» que no sea el servicio de Internet inalámbrico.
Al mismo tiempo, se detalla que «al ejercer su derecho de comunicación y de libertad de expresión desde la Embajada de Ecuador», Assange deberá «acatar escrupulosamente» las normas del asilo diplomático, por lo cual le queda prohibido «realizar actividades que pudieran ser consideradas como políticas y de interferencia en los asuntos internos de otros Estados, o que puedan causar perjuicio a las buenas relaciones del Ecuador con cualquier otro Estado, sea cual fuere la forma que se emplee para ejecutar dichas actividades».
Atención médica, los gastos y el destino del gato
En lo que concierne a la salud de su asilado, la Embajada insiste en la realización de exámenes médicos trimestrales, que deberán ser pagadas por Assange. Además, establece que el asilado, así como sus visitantes, deben conservar la limpieza e higiene del cuarto de baño y otros espacios «a fin de precautelar las condiciones de salubridad de las instalaciones de la Embajada».
Del protocolo tampoco ha escapado el gato de Assange, de cuyo «bienestar, alimentación, aseo y cuidado adecuado» el fundador de WikiLeaks ahora también tendrá que encargarse. «Si no se prestara la atención debida a la mascota, el jefe de la Misión solicitará al señor Assange que entregue la mascota a otra persona o a un refugio de animales fuera de la Misión Diplomática», asevera el documento.
El gato de Julian Assange, el 6 de febrero de 2018. / Peter Nicholls / Reuters
En cuanto a los gastos, «en vista de recortes presupuestarios» la Embajada se compromete a costear solo los servicios básicos, como el arriendo, la electricidad, la calefacción, el agua potable y wifi. A partir del 1 de diciembre de este año Assange deberá encargarse de su alimentación, cuidados médicos, lavandería y cualquier otro servicio por su propia cuenta.
Visitas
Cualquier persona que quiera visitar a Assange y que no esté relacionada con el Gobierno ecuatoriano o la Embajada deberá enviar una solicitud a la Embajada por correo electrónico con 3 días laborales de antelación, que puede ser denegada sin explicaciones, según se desprende del protocolo de nueve páginas publicado por Código Vidrio.
Durante una visita, Assange podrá recibir un máximo de tres personas «en vista del espacio y por motivos de seguridad», mientras que un mayor número de visitantes, así como el permiso para visitas los fines de semana o durante los festivos requerirá la autorización del jefe de la Embajada.
En el documento se subraya que el incumplimiento por parte de Assange de cualquier punto mencionado puede considerarse como un rompimiento de sus obligaciones como asilado y resultar en la terminación del asilo diplomático por parte de Ecuador.