Esta medida busca frenar el saqueo y la venta ilegal de estos ejemplares, cuyo mercado clandestino, presuntamente vinculado al crimen organizado, pone en riesgo su conservación.
Agencia Jafrico | NoticiasPV
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a solicitado a la Secretaría de Marian Armada de México (Semar) y a la Guardia Nacional (GN) vigilar el hábitat de la tortuga Casquito de Vallarta, a efecto de impedir el saqueo y comercialización de esta especia en peligro de extinción.
A través de los oficios PFPA/21.3/007/000356/2024 y PFPA/21.3/007/000357/2024 (sic), la Oficina de Representación de la Profepa en el estado de Jalisco solicita el apoyo al Vicealmirante CG. DEM. Comandante de la 12da. Zona Naval y al General de Brigada de la Guardia Nacional en la región, vigilen las zonas de anidación de esta tortuga.
Lo anterior, señala la Profepa en Jalisco, derivado de la sustracción de 12 ejemplares de tortuga Casquito de Vallarta (Kinosternon vogti), especie de tortuga recientemente descubierta endémica del municipio de Puerto Vallada, Jalisco, la cual se encuentra en peligro de extinción.
“Toda vez que sus poblaciones son sumamente reducidas y ante la falta de vigilancia en las zonas de anidación de las mismas, se realiza su saqueo de forma clandestina para después ser vendidas en el mercado ilegal a precios muy altos, negocio realizado presumiblemente por el crimen organizado”, destacan los documentos.
Por ello -añade- es que se solicita de manera apremiante de su apoyo a fin de que se brinde apoyo en materia de vigilancia en las zonas de anidación a fin de inhibir tales acciones y, si resulta procedente, al momento realizar una puesta a disposición ante el Ministerio Público de la Federación.
Es de destacar que el 9 de diciembre de 2024 y el 13 de enero de 2025, fueron sustraídas más de una docena de tortugas de esta especie, mismas que se encontraban en resguardo en el Centro de Investigación para la Conservación de Vida Silvestre (CIVS) ubicado en el interior del Centro Universitario de la Costa, la primera por parte de personas que se ostentaron como inspectores de la Profepa y la segunda por personas que rompieron la valla perimetral del centro educativo para ingresar al lugar donde se encontraban las quelonias.