El periodista, en su columna de este jueves, señala los puntos que tocó Sheinbaum en su estrategia de seguridad
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Claudia Sheinbaum, en su reciente discurso, subrayó que “no va a regresar la guerra contra el narco de Calderón”, una afirmación que, según análisis de Raymundo Riva Palacio en su columna de este jueves, refleja una clara discrepancia ideológica con el expresidente Felipe Calderón. Esta declaración resalta una diferencia en el enfoque de seguridad entre su gobierno y lo que se realizó hace más de una década, afirmando que se busca un camino diferente en materia de enfrentamiento al crimen organizado.
El analista Raymundo Riva Palacio destaca que aunque Sheinbaum no comparte el enfoque beligerante de Calderón, sus acciones en seguridad parecen alejarse también del camino seguido por López Obrador. Según Riva Palacio, la estrategia de Sheinbaum está inspirada en “la prevención, la atención a las causas, la inteligencia y la presencia”, una abordaje que podría verse como una versión abreviada e incompleta de lo que planteó el propio Calderón en 2008.
El enfoque de Sheinbaum, como señala Riva Palacio, no necesariamente traiciona al obradorismo, sino que podría complementarlo. “Retomar los fundamentos de aquella estrategia… es un avance hacia un país pacífico que consolide el proyecto que ganó en las urnas”, opina el columnista. En este sentido, el éxito en la seguridad podría representar un legado importante para López Obrador.
La estrategia de seguridad anunciada también se enfoca en delitos de alto impacto como la extorsión y el secuestro, menciona Riva Palacio. Esta decisión recuerda los desafíos enfrentados durante el mandato de Calderón, quien defendía la acción gubernamental como indispensable para proteger a la ciudadanía, aunque rechazaba la idea de un gobierno “sentadito, calladito y volteando para otro lado”, según sus palabras.
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Pública, explicó que uno de los principales objetivos es “neutralizar generadores de violencia y redes criminales”, detallando un enfoque concentrado en estados con alta incidencia delictiva como Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Jalisco y Sinaloa. Riva Palacio interpreta esto como “enfrentarlos”, aunque el lenguaje empleado busca evitar un enfrentamiento político con el legado de Calderón.
Riva Palacio señala que se planea construir un Sistema Nacional de Inteligencia con “mejores capacidades de investigación para combatir mejor la delincuencia y el crimen”. Este cambio, afirma, marca una desviación significativa del enfoque anterior, donde las capacidades de inteligencia parecían más enfocadas en el espionaje político que en el combate al crimen.
Para reforzar el sistema, se integrarán tanto la inteligencia civil como la militar, en un esfuerzo coordinado que recuerda la estructura durante el gobierno de Calderón. Sugiere que el éxito de tal colaboración dependerá en gran medida de la calidad y confianza en el intercambio de información interna.
Una de las innovaciones clave en la estrategia es el abordaje directo al robo de combustible, un delito que ha puesto a Guanajuato a la cabeza en homicidios dolosos, como remarca Riva Palacio. Pemex Logística, bajo la dirección de Israel Benítez, jugará un rol crucial en este esfuerzo.
Por otro lado, el combate al fentanilo será coordinado con Cofepris, que trabajará junto a García Harfuch para monitorear las importaciones de precursores químicos. Esta cooperación apunta a resolver una de las principales preocupaciones de seguridad nacional.
Finalmente, en su aspecto financiero, la estrategia apunta a rastrear y cortar las fuentes de financiamiento del crimen organizado. Áreas dedicadas a la seguridad en la Unidad de Inteligencia Financiera y otras entidades trabajarán para rastrear “las rutas del dinero para cortar el financiamiento a las organizaciones delincuenciales”, destaca Riva Palacio en su análisis. La colaboración con el Ministerio Público será esencial para asegurar que los expedientes generados sean sólidos y capaces de resistir en los tribunales.