En momentos de reconocimiento, algo tan simple como un cumplido puede desatar complejos procesos emocionales negativos
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Los halagos son expresiones de admiración o aprecio que buscan resaltar las cualidades positivas de una persona, como su apariencia, habilidades o personalidad. Aunque usualmente son bien recibidos, pueden generar diversas reacciones emocionales y psicológicas, dependiendo del contexto y la percepción de la persona que los recibe.
La interpretación de un halago varía según factores como la autoestima de la persona, su relación con quien lo emite, el tono empleado, el contexto del elogio y el momento en que se realiza. Generalmente, las personas con mayor seguridad en sí mismas tienden a aceptar los halagos con naturalidad, mientras que aquellas con inseguridades pueden percibirlos con desconfianza o incomodidad.
Un estudio publicado por Harvard reveló que cerca del 70% de las personas asocian sentimientos de incomodidad o vergüenza con el reconocimiento o los cumplidos, un fenómeno que, aunque parece paradójico, tiene raíces profundas en la psicología humana y en factores culturales.
La autoestima como factor clave
La doctora en Filosofía Lindsey Godwin explicó que la autoestima juega un papel fundamental en cómo se reciben los cumplidos. Según la especialista, la incomodidad surge porque los halagos contradicen las narrativas internas de quienes tienen baja autoestima; por ejemplo, alguien podría sentirse desconcertado al escuchar un elogio como “Eres increíble en esto”, ya que dicho comentario entra en conflicto con su autopercepción.
Este choque interno, conocido como disonancia cognitiva, genera una tensión mental que puede llevar a respuestas instintivas como desviar la atención o minimizar el cumplido. Según Harvard, estas reacciones, aunque alivian el malestar inicial, impiden que las personas aprovechen el impacto positivo de las palabras amables.
En este mismo contexto, el psicólogo Guy Winch detalla que las personas que tienen sentimientos negativos hacia sí mismas experimentan incomodidad al recibir elogios porque entran en conflicto con sus creencias internas. Al respecto, Winch señaló que, para alguien que se percibe como indeseable, escuchar comentarios positivos sobre sus capacidades puede generar temor a futuras decepciones.
La incomodidad no está asociada a la baja autoestima
Aunque se considera lo más común, la incomodidad ante los cumplidos no siempre está relacionada con la baja autoestima. Harvard subrayó que los factores culturales e ideológicos también desempeñan un papel importante, por ejemplo, Godwin destaca que las mujeres enfrentan desafíos particulares al recibir halagos debido a normas culturales y sociales, pues, en muchas sociedades, se les enseña a ser modestas y a priorizar las necesidades de los demás, lo que provoca que los cumplidos se perciban como una presión del perfeccionismo.
Otro aspecto relevante es el elemento de sorpresa que acompaña a muchos cumplidos. Según el libro Surprise: Embrace the Unpredictable and Engineer the Unexpected (Sorpresa: acepta lo impredecible y diseña lo inesperado), citado por Harvard, los halagos inesperados pueden activar una “secuencia sorpresa” que consta de cuatro etapas: congelamiento momentáneo, búsqueda de una explicación, cambio de perspectiva y, finalmente, compartir la experiencia con otros.
Después del desconcierto inicial, el individuo se desplaza a la segunda etapa en una búsqueda de comprender por qué la otra persona expresó lo que dijo, momento en el que se puede experimentar un periodo de conflicto entre opiniones, conocido también como sesgo de confirmación.
De acuerdo con Tania Luna, una de las autoras del libro, desviar los elogios es una forma inconsciente de intentar recuperar el control en lo que parece una situación emocionalmente vulnerable, así, este mecanismo de autoprotección, dificulta el procesamiento de los aspectos positivos que los demás perciben.
Cómo tomar los elogios de manera positiva
Harvard apunta que la mayoría de las reacciones instintivas a los cumplidos son conductas aprendidas moldeadas por las experiencias, la observación y las interacciones con las personas del entorno, sin embargo, a pesar de las complejidades emocionales que puedan generar, es posible aprender a gestionarlos de manera más positiva cuando se llega a la fase de cambio de perspectiva.
Según Godwin, cuando alguien ofrece un elogio comparte una experiencia positiva que puede fortalecer la conexión interpersonal, por ello, reflexionar sobre las palabras amables y permitir que se asienten en la mente ayuda a superar la incomodidad inicial y fomentar un sentido de aprecio mutuo.
De igual manera, destaca que aceptar los cumplidos, además de beneficiar a quien los recibe, refuerza las relaciones al reconocer el impacto positivo que las acciones individuales tienen en los demás, de esta forma los halagos pueden convertirse en una herramienta capaz de transformar la autoestima de manera positiva y fortalecer los lazos sociales, superando las barreras psicológicas y culturales que a menudo dificultan su aceptación.
