Hoy en día la falta de higiene y cultura de salud, hacen que cada vez la aparición de este hongo sea más común
infobae.comLa candidiasis en hombres es una infección fúngica causada por el hongo Candida albicans, la misma cepa que afecta comúnmente a las mujeres. Aunque suele asociarse más con el sexo femenino, los hombres también pueden desarrollar esta condición, especialmente en la zona genital. Este hongo se encuentra de manera natural en el cuerpo humano, formando parte de la flora habitual de la piel, la boca, el tracto gastrointestinal y, en las mujeres, la vagina. No obstante, bajo ciertas condiciones, puede proliferar de manera excesiva y causar infección.
Entre las principales causas de la candidiasis en hombres se incluyen la humedad, la fricción, la disminución de la inmunidad, el uso de antibióticos de amplio espectro (que pueden alterar la flora natural de bacterias que controla la proliferación de Candida), así como el contacto sexual con una pareja que tiene una infección activa de candidiasis. Los hombres diabéticos o aquellos con algún grado de inmunosupresión presentan un riesgo más elevado de desarrollar la afección.
Una mala higiene personal también puede contribuir a su aparición. La zona genital masculina, especialmente el prepucio en hombres no circuncidados, proporciona un ambiente cálido y húmedo ideal para el crecimiento de hongos. Por lo tanto, mantener una higiene adecuada es crucial para prevenir la infección.
Los síntomas de la candidiasis genital en hombres incluyen picazón, enrojecimiento alrededor del glande, erupción cutánea, secreción blanca (aunque no siempre presente) y, en ocasiones, dolor al orinar o durante las relaciones sexuales. Es importante mencionar que algunos hombres pueden ser portadores de Candida albicans sin manifestar síntomas, situación que puede favorecer el contagio a parejas sexuales sin que sean conscientes de ello.
El tratamiento más efectivo contra la candidiasis en hombres es el uso de antifúngicos, tanto en aplicaciones tópicas (cremas y ungüentos) como en presentaciones orales (tabletas). Las opciones tópicas incluyen clotrimazol y miconazol, entre otros, y suelen aplicarse directamente en el área afectada durante un período que varía de una a dos semanas, según la severidad de la infección y la recomendación médica. Para casos más graves o persistentes, los médicos pueden recetar antifúngicos orales como fluconazol.
Además, se aconseja adoptar medidas complementarias para evitar la recurrencia de la infección. Estas incluyen mantener el área genital limpia y seca, evitar el uso de jabones irritantes o productos perfumados en el área afectada, cambiar la ropa interior diariamente y optar por materiales que permitan una adecuada transpiración, como el algodón.
También es recomendable revisar la dieta, reduciendo el consumo de azúcares y carbohidratos simples, que pueden promover el crecimiento de Candida albicans. Se sugiere, adicionalmente, el consumo de probióticos, los cuales pueden ayudar a restablecer y mantener el equilibrio de la flora bacteriana en el tracto gastrointestinal, impactando positivamente en la prevención de futuras infecciones fúngicas.
Es fundamental acudir a una consulta médica para un diagnóstico certero y un tratamiento adecuado. El autodiagnóstico y la automedicación pueden llevar a complicaciones y retrasar la recuperación. Además, en caso de tener una pareja sexual, se recomienda que también sea evaluada y tratada si es necesario, para evitar reinfecciones mutuas.
Aunque la candidiasis puede ser incómoda y molesta, con un tratamiento adecuado y siguiendo las recomendaciones de higiene y cuidado personal, es posible controlar y erradicar la infección. La clave está en la prevención y en la atención médica oportuna para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida del afectado.