Algunas de las causas que despiertan a las personas durante la madrugada indican un estado de salud deteriorado
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Despertarse con frecuencia a las 3 a.m. puede ser una experiencia frustrante que perturba la calidad del sueño y afecta el bienestar general de las personas. Aunque determinar el motivo preciso de este fenómeno puede ser complejo, existen varias causas habituales relacionadas con las interrupciones que pueden indicar un estado de salud deteriorado y algunas malos hábitos de salud.
El impacto de una mala calidad del sueño va más allá de la fatiga diurna. Estos problemas contribuyen en el desarrollo de otras condiciones de salud más graves a largo plazo como enfermedades cardíacas, obesidad y depresión. Es por ello que entender la importancia del sueño y tomar medidas para identificar si una persona vive con trastornos que la mantiene despierta en horarios de descanso.
Trastornos del sueño más comunes
Las afecciones del sueño comprometen la cantidad y calidad de descanso nocturno. Entre los trastornos más prevalentes se encuentra el insomnio, que se caracteriza por hacer que una persona esté despierta en lapsos superiores a los 30 minutos a lo largo de la noche. La apnea obstructiva del sueño (AOS), provoca pausas respiratorias que pueden interrumpir el sueño sin que el afectado sea plenamente consciente de ello, de acuerdo con la Sleep Foundation de Estados Unidos.
Existe otro problema que podría mantener a una persona despierta a las 3 a.m. Los desórdenes del ritmo circadiano, los cambios físicos, mentales y de comportamiento que tiene el cuerpo en ciclos de 24 horas, introducen una desalineación entre el reloj biológico y las señales ambientales. Lo anterior provoca una alteración del ciclo de sueño-vigilia.
Además de los tres anteriores, el trastorno de pesadillas también es un factor disruptivo, ya que los malos sueños pueden dificultar el retorno al sueño. Estos periodos tienen daños severos en las personas que los padecen porque impacta en la forma en que descansan tras largas jornadas de actividad física.
La alteración del sueño emerge en momentos de alto estrés. Es más común en mujeres y personas con ciertos perfiles genéticos, según la información provista. Es relevante notar cómo el estrés, la ansiedad y la depresión juegan roles significativos en la interrupción del descanso. Esto empeora los problemas como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el cual está directamente relacionado con alteraciones nocturnas.
El estilo de vida favorece la alteración del sueño
Hay varios estilos de vida que influyen de forma negativa en los patrones de sueño de las personas. Entre ellos, se encuentra el consumo de alcohol cercano a la hora de dormir, ingerir alimentos poco antes de acostarse, la práctica de siestas prolongadas durante el día y el exceso de cafeína en la dieta, de acuerdo con Harvard Health Publishing, perteneciente a la Escuela de Medicina de Harvard.
Según la publicación, el tomar bebidas alcohólicas dentro de las cuatro horas previas al sueño puede ayudar a conciliarlo, pero termina por interrumpir el descanso nocturno y aumenta la necesidad de visitar el baño. Además, cenar o comer en exceso justo antes de ir a la cama puede causar acidez estomacal, lo que dificulta tanto el dormir como el mantenerse dormido. Por otro lado, las siestas tardías y de más duración de lo recomendado pueden perjudicar la capacidad de tener un sueño continuado durante la noche. Respecto a a la cafeína, aparece como un bloqueador de la adenosina, un neurotransmisor cerebral que facilita el sueño, lo que sugiere evitar su consumo durante las horas de la tarde.