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¿Qué pasó con Juan José Esparragoza, ‘El Azul’, y por qué EEUU lo sigue buscando aunque se dice que murió?

Luego de que se viralizara un video de Peso Pluma con Diana Esparragoza, nieta del cofundador del Cártel de Sinaloa, su nombre volvió a sonar en redes sociales

.infobae.com

El cantante Peso Pluma está de nuevo en el ojo del huracán por sus supuestos nexos con el narco, pero ahora la polémica no es por un nuevo corrido que haya lanzado en honor a un narcotraficante, sino más bien por su vida amorosa, pues se dice que su nueva novia es nada más y nada menos que Diana Rosalía Esparragoza, nieta de Juan José Esparragoza Moreno, alias “El Azul”, uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada.

Peso Pluma y Diana Esparragoza fueron captados por un fan en París y el video rápidamente se viralizó en las redes sociales. En ellos se ve a ambos tomados de las manos mientras suben a una camioneta.

La joven, quien cuenta con 164 mil seguidores en Instagram y más de 45 mil en TIkTok, es conocida por compartir imágenes de sus viajes a diversos y extravagantes destinos. Originaria de Culiacán o Guadalajara, la joven de 26 años está divorciada y tiene un hijo de nombre Nick.

Se menciona que Diana es hija de Juan Ignacio Esparragoza, uno de los tres hijos de El Azul, fallecido en el 2012 luego de caer de un cuarto piso de unos condominios en la zona residencial San Miguel.

¿Quién fue Juan José Esparragoza?

Juan José Esparragoza Moreno, conocido en el mundo del narcotráfico como “El Azul”, nació el 3 de febrero de 1949 en Huixiopa, una comunidad remota de menos de 500 habitantes en Badiraguato, Sinaloa, el mismo municipio natal de “El Chapo” Guzmán.

Desde sus inicios, su vida estuvo marcada por su conexión con la seguridad y la inteligencia mexicanas, al comenzar su carrera como detective en la Dirección Federal de Seguridad (DFS), una agencia gubernamental que en los años 70 operaba como órgano de inteligencia y represión. Fue ahí donde estableció lazos con oficiales y funcionarios corruptos, quienes mantenían vínculos con el crimen organizado.

Esparragoza fue considerado un narcotraficante de bajo perfil pero con mucho poder y capacidad de negociación en el Cártel de Sinaloa (Foto: @sintesisweb)

Al descubrir el potencial económico del narcotráfico, Esparragoza se unió al Cártel de Guadalajara, donde compartió liderazgo con figuras como Miguel Ángel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero.

Su capacidad de mediar en conflictos y negociar con otras facciones le permitió destacarse rápidamente, siendo descrito como el “peacemaker” o “conciliador”, un apodo que le asignaron las autoridades estadounidenses en los 90. Durante este periodo, el Cártel de Guadalajara llegó a dominar casi todas las operaciones de tráfico de drogas en México, con especial control sobre el tráfico de marihuana y cocaína hacia Estados Unidos.

Detenciones y estrategia legal

Esparragoza fue detenido en tres ocasiones a lo largo de su vida. La primera, en 1970, en Culiacán, donde fue arrestado con 700 kilos de marihuana y condenado a cinco años de prisión. Sin embargo, logró salir libre tras apenas nueve meses gracias a una apelación que redujo su condena.

La segunda captura ocurrió en 1983, cuando fue arrestado en Baja California; en esa ocasión, intentó sobornar a los policías judiciales con 7 millones de pesos. Pese a la gravedad de los cargos, fue liberado tres meses después por falta de pruebas.

Finalmente, su tercera detención ocurrió en 1986 en la Ciudad de México, donde fue sentenciado a siete años por posesión de armas ilegales, cumpliendo su condena hasta 1993.

Alianzas y liderazgo en el Cártel de Sinaloa

Juan José Esparragoza, «El Azul», uno de los hombres de confianza de «El Chapo»

A lo largo de su carrera, Esparragoza forjó relaciones estratégicas con otros grandes capos del narcotráfico, incluyendo a Amado Carrillo Fuentes, alias “El Señor de los Cielos”, con quien colaboró en el Cártel de Juárez.

Tras la muerte de Carrillo en 1997, Esparragoza consolidó su influencia en el Cártel de Sinaloa, uniéndose a El Chapo Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada en el liderazgo de la organización. A diferencia de otros narcotraficantes que preferían la notoriedad, Esparragoza se mantuvo en las sombras. Se casó con la cuñada de Guzmán y fue padrino de los hijos de Carrillo y de Zambada.

Con el Cártel de Sinaloa, Esparragoza impulsó operaciones multinacionales, extendiendo su influencia y rutas de tráfico hacia Estados Unidos y Europa. Según la revista Proceso, financió plantaciones de marihuana y fue clave en el desarrollo del narcotráfico en Sinaloa, especialmente en la logística de distribución de cocaína.

Su habilidad para resolver conflictos y su perfil bajo le permitieron establecer vínculos con mandos policiales, militares y políticos, garantizando una protección y operatividad que lo mantuvieron fuera del radar público.

Las teorías de su muerte

El 7 de junio de 2014 se reportó la presunta muerte de “El Azul” tras sufrir un infarto mientras se recuperaba de un accidente automovilístico en el que había sufrido graves lesiones en la columna vertebral.

La noticia generó una oleada de especulaciones en el ámbito mediático y entre autoridades. Según se dijo, Esparragoza había permanecido en cama debido a las lesiones y, al intentar ponerse de pie, sufrió un ataque cardíaco fatal.

Ficha de búsqueda del FBI por El Azul. (Captura de pantalla/FBI)

Sin embargo, hasta la fecha, ni el Gobierno de México ni Estados Unidos han logrado confirmar oficialmente su deceso, lo que ha dado pie a teorías sobre una posible desaparición orquestada.

Desde el primer momento, surgieron inconsistencias respecto al lugar de su muerte, que aumentaron la incertidumbre sobre su paradero real. Informes iniciales apuntaban a que el capo podría haber fallecido en la Ciudad de México, mientras que otros rumores ubicaban su deceso en Guadalajara, Jalisco.

La falta de un acta de defunción o pruebas que corroboraran el hecho impidió que las autoridades mexicanas dieran por confirmada su muerte. Durante una visita oficial a Madrid en junio de 2014, Jesús Murillo Karam, entonces procurador general de la República, fue cuestionado sobre el fallecimiento de “El Azul” y respondió: “No tenemos confirmado nada, yo no tengo información”.

El semanario Riodoce, medio conocido por su cobertura del narcotráfico en México, fue uno de los primeros en dar a conocer la supuesta muerte de Esparragoza. Sin embargo, la falta de detalles y la ausencia de una investigación que verificara el hecho hicieron que el misterio permaneciera. Ante la incertidumbre, algunos analistas y periodistas comenzaron a plantear la posibilidad de que el capo hubiera simulado su propia muerte para evitar la persecución.

El gobierno de Estados Unidos tampoco lo ha dado por muerto. Desde hace más de una década, el Departamento de Estado de EEUU mantiene activa una recompensa de hasta 5 millones de dólares por cualquier información que conduzca a la captura de Esparragoza.

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