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Ciudad de México. En una conferencia intensa y a ratos ríspida, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que personal militar que había llegado a aprehender a Ovidio Guzmán el pasado 17 de octubre en Culiacán, se retiró del punto donde localizaron al individuo cuando lo determinó el gabinete de seguridad y rechazó que se haya negociado con miembros del cartel de Sinaloa.
Sin embargo, López Obrador cuestionó enfáticamente versiones periodísticas que se difundieron sobre la acción contra el presunto delincuente.
Los cuestionamientos llegaron al punto de inquirir al mandatario si la determinación de haber decidido aprehender a uno de los líderes del cártel de Sinaloa obedeció a “instrucciones de Washington”, López Obrador respondió un tanto molesto que su gobierno no recibe órdenes del gobierno de Estados Unidos .
Durante la conferencia, López Obrador descalificó la “manipulación” que le atribuyó a versiones peridisticas e incluso pidió que se exhibiera la portada de La Jornada del día siguiente de la operación, aunque sin mostrar el cabezal del diario «por respeto».
El presidente quiso ilustrar así lo que consideró una tergiversación. «Vamos a ver, resultó falso”, señaló, en alusión a una fotografía de esa portada.
-Fue culpa del gobierno, era información falsa la que se proporcionó -se le pregunto a gritos, cuando empezó a cundir el desorden en la conferencia.
-No, fue una responsabilidad que asumimos, estamos informando como nunca y dejamos de manifiesto que nos importaba más la vida de las personas.
Con visible molestia, López Obrador acusó a los medios de comunicación de actuar bajo intereses creados. “Esto es importante destacarlo porque ya basta de manipulación. Claro que vamos a garantizar libertades, hasta el exceso, pero no se puede estar apostando a la manipulación».
En medio de cuestionamientos sobre la errática comunicación gubernamental en esa fecha y la difusión de versiones que después resultaron falsas, López Obrador confió que en su momento creyó que esa fotografía, en la que aparece un individuo vestido de militar, con el rostro cubieron, era en verdad Ovidio Guzmán, como se le identificó en el diario.
Cuando se publicó la imagen «no le di importancia”, dijo el presidente y que entendió que Guzmán estaba vestido así para protegerlo a él y las personas. No obstante, expresó que se enteró antier de que la “fotografía era falsa”.
Con la portada de La Jornada en la pantalla, López Obrador aseveró: “Miren, dice que fue disfrazado de uniforme militar para su entrega”, pero “ya se aclaró ayer que es un militar”.
A decir del mandatario, los medios de comunicación aprovechan ciertas circutancias para desatar ataques a gobierno y «eso es legítimo, nada más que así como se publican estas cosas, nosotros tenemos el derecho de dar a conocer nuestra opinión. No es para ofender a nadie”.
La conferencia perdió el orden habitual. Los reporteros a gritos lanzaron preguntas y criticaron lamanera en la que informó el gabinete de seguridad sobre el caso de Culiacán. López Obrador admitió: “”Nosotros el mismo día informamos. Cómo no, Esto fue en cuatro horas, empezó a las 3 de la tarde…
-Con información imprecisa -se le dijo.
-A nosotros lo que nos importaba era que se salvaran vidas, era el mensaje…
López Obrador dijo que las imprecisiones de origen se aclararon. «No se tenían todos los elementos, todo fue saliendo poco a poco, como se conocían los hechos, pero eso mismo ya se aclaró, lo hemos aclarado».
Agregó que “la diferencia era que antes era mentira sobre mentira y nosotros tenemos el valor de decir ‘nos equivocamos’ y se rectificó. Lo más importante de todo, que no lo van a reconocer nuestros adversarios, es que se evitó la masacre”.
Ante las interpelaciones sobre la falta de veracidad que hubo en la primera versión ofrecida en la noche del 17 de octubre, el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, aseveró que al otro día “rectificamos la información».
«Deben entender que en ese momento no estábamos pensando en la información, sino en la decisión que teníamos que tomar para salvar vidas y evitar enfrentamientos y muertes. Recibimos la información de los propios responsables del operativo que estaban con la misma preocupación que la nuestra”.
Poco a poco Durazo fue elevando la voz para casi exclamar que “lo importante es que estábamos construyendo la decisión. Una cosa m uy distinta es tener la intención de mentir, que nunca existió ni existirá en el gabinete, porque no tenemos la necesidad de hacerlo. La información la dimos a conocer al siguiente día, asumiendo la responsabilidad de haber recibido información inadecuada”-
Frente a los diversas preguntas que se lanzaban ya en total desorden, López Obrador pidió postergar para mañana la continuación de la conferencia. “Andan muy excitados”, dijo.
Sin embargo, se le volvió a insistir sobre lo que pasó con Guzmán en las horas que se prolongó la revuelta del cártel de Sinaloa.
-¿Cuál es la pieza del cártel de Sinaloa que negoció?
-Ninguna. No se puede por el amarillismo poner en tela de juicio. Este es un parteaguas en la política que fue aplaudida por los medios, una guerra que causó miles de muertos y convirtió a México en un cementerio
López Obrador descalificó la cobertura de los medios, algunos de ellos en específico, para luego apelar a una cita de Gustavo A Madero. Recordó que en el porfiriato había una prensa “abyecta y rastrera”, pero cuando llegó Francisco I Madero, se volvió muy crítica, a lo cual Madero lanzó una frase: “Muerden la mano que les quitó el bozal”.