“Reeducación” y lavado de cerebro: así es el brutal adoctrinamiento ruso sobre unos 20 mil niños ucranianos secuestrados

Los menores huérfanos deben robar comida para sobrevivir, mientras que quienes están con sus familias son sometidos a una rusificación forzada. Una guerra que va mucho más allá de las balas

infobae.com

Desde el inicio de la guerra en UcraniaRusia no solo intenta avanzar sobre el territorio del país vecino sino que también apuesta por borrar toda la identidad ucraniana. Una de las formas que encontró para eso fue iniciar un proceso de “lavado de cerebro” a los niños ucranianos que secuestró durante su avanzada. Son miles de menores que día a día son adoctrinados y puestos en contra de su madre patria. El conflicto es mucho más que bélico y tiene un trasfondo más profundo. En simultáneo, los niños están expuestos a situaciones de vulnerabilidad extrema.

A modo de contexto, Ucrania considera como “secuestrados” a todos aquellos menores de edad que se encuentren en territorio que fue anexado por Rusia, estén o no con sus familiares y allegados. La cifra es difícil de establecer, pero el Gobierno ucraniano logró identificar a unos 20 mil niños en esta situación, mientras que funcionarios de Vladimir Putin hablan de más de 700 mil, cifra que no ha podido ser confirmada por Kiev.

Existen algunas diferencias entre aquellos niños que se encuentran con sus familias en territorio usurpado por Rusia y quienes perdieron todo, hasta sus seres queridos y tutores. Ellos viven rodeados de cucarachas y ratas, pasan hambre y están expuestos a varias situaciones de vulnerabilidad. De igual forma, todos están obligados a participar de “escuelas de reeducación”, donde solo reciben información de Rusia. Sobre esto, Infobae habló con Myroslava Kharchenko, abogada en jefe de Save Ukraine, una organización dedicada a realizar misiones de rescate para devolver a niños capturados por Rusia.

Adoctrinamiento y persecución

Las intenciones de Rusia por borrar cualquier recuerdo de su madre Patria es tal que todos los niños ucranianos que se encuentran en los territorios ocupados “tienen clases en las que les enseñan cosas como qué son los ukronazis, cómo luchar con los nazis ucranianos y qué peligros tienen”. En ese sentido, les inculcan la idea de que la OTAN y Estados Unidos son una “amenaza”. “Entonces ellos no tienen noticias ucranianas y no pueden comunicarse con sus padres o tutores que les podrían decir que todo aquello no es verdad”, enfatizó Kharchenko en su relato.

Para Save Ukraine, este proceso de adoctrinamiento y apropiación de los menores tienen dos motivaciones bien marcadas. La primera sería “mejorar su banco genético” en medio de la crisis demográfica que enfrenta Rusia, mientras que la segunda sería sumar uniformados a sus tropas. “Como la guerra comenzó en 2014 —NdR: en ese año Rusia anexó a Crimea, península perteneciente a Ucrania— y hay territorios ocupados como Lugansk y Donetsk. Ya en nuestros cuarteles están los militares jóvenes, gente de 20/23 años que son ucranianos, pero tras pasar por este lavado de cerebro y adoctrinamiento ruso luchan contra su propio país, contra sus antiguos vecinos”, precisó la abogada.

Los niños que lograron ser rescatados vuelven a encontrarse con sus familias (Save Ukraine)
Los niños que lograron ser rescatados vuelven a encontrarse con sus familias (Save Ukraine)

Además del proceso de rusificación que enfrentan los niños, están expuestos a torturas, como palizas y malos tratos, como también a una fuerte persecución si es que se piensa distinto.

Por ejemplo, Kharchenko comentó el caso de dos adolescentes que fueron detenidos por poner like a algunas publicaciones en la red social Facebook contra Rusia, a los ocupantes rusos no les gustó, los detuvieron y “les pegaron una paliza, mientras sus padres escuchaban cómo golpeaban a sus hijos”.

Los niños huérfanos

Su situación es aún más dramática”, precisó Kharchenko y agregó: “Ellos están ahí, tienen a sus tutores oficiales y aparecen los rusos, autoridades o militares y dicen que ya son hijos de Rusia”.

De esta manera, llevan a los menores a campamentos en donde los niños están sometidos a circunstancias “insalubres, tienen cucarachas, ratas, no comen bien pasan hambre; incluso, niños que fueron recuperados contaron que tenían que robar comida en la cocina”. “Dos niñas nos recordaron que una de ellas robaba y otra vigilaba para luego esconderse en una habitación para comer”, relató la abogada.

En estos campamentos, los menores quedan totalmente aislados de sus raíces, “solo reciben noticias rusas, propaganda rusa, lengua rusa”. Son educados por el régimen de Vladimir Putin, ya que también son instruidos en literatura rusa y los hacen escuchar el himno del Kremlin.

El proceso hacia la libertad

Al cierre de esta nota, Save Ukraine había logrado rescatar a 301 niños. El proceso para liberarlos es algo complejo y debe mantenerse en reserva para no poner en peligro a sus colaboradores en el territorio ruso.

“Normalmente, todo empieza por una llamada o una denuncia tanto de la familia o del mismo niño. Entonces nosotros tenemos que ver su situación, dónde, cómo está y luego ir preparando todos los documentos necesarios para formalizar su vuelta. Y en paralelo hacemos el plan de devolución de este niño. Entonces, físicamente va la persona, el tutor o el familiar a recogerlo. Buscamos a las personas en aquellos territorios que puedan recibir el paquete con documentos para este niño y ya ellos se encargan de llevar al niño, por ejemplo, a Bielorrusia o algún otro sitio donde nosotros podamos recogerlo”, precisó.

En algunos casos, los mismos niños son quienes se comunican con la organización (Europa Press)En algunos casos, los mismos niños son quienes se comunican con la organización (Europa Press)

Incluso, en algunos casos, son los propios niños quienes se contactan vía Telegram, gracias a la línea roja que tiene la organización, y le brindan información sobre su paradero. Otras veces aquellos menores rescatados traen información de otros niños con los que compartían habitación.

“La edad mínima de los niños que hemos conseguido devolver es de cuatro años y la máxima son 17, 18 que son ya niños mayores”, explicó Kharchenko y relató: “Los niños llegan muy agotados tanto física como moralmente porque muchas veces no tienen medios para sobrevivir”. “Llegan muy asustados porque han visto la muerte, han visto torturas, han visto que a sus familiares les pegaban palizas y les sacaban, por ejemplo, de sus casas los militares y desaparecen”, sumó.

Por esto mismo, desde la organización, les brindan el acompañamiento necesario una vez que se encuentran a salvo. En el caso de las familias que son rescatadas, son alojadas en casas modulares lejos de las zonas anexadas, mientras que los niños huérfanos regresan con sus tutores que tenían antes de la guerra en un intento de devolver a sus vidas algo de normalidad después de tanto dolor.

                                                         
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