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Los secretarios de Economía, Ildefonso Guajardo, y de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, enfatizaron que México debe llegar con principios y objetivos claros a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para que los tres países que lo conforman manden señales claras y de certidumbre a los mercados.
Será una negociación difícil y se puede complicar por la elección presidencial en México y los comicios legislativos en Estados Unidos el próximo año, admitieron ambos funcionarios ante decenas de empresarios y funcionarios de México, Estados Unidos y Canadá, incluida Chrystia Freeland, ministra canadiense del Departamento de Asuntos Globales, al participar en la décima edición del foro México y América del Norte: una potencia global, convocado por Americas Society (AS), fundado por David Rockefeller, y el Council of the Americas (COA), organización internacional de negocios que aboga por la apertura de mercados, la democracia y el estado de derecho en América.
Siempre hago la analogía: si el TLCAN fuera un paciente y lo vamos a poner en el quirófano, sin una ruta hacia dónde vamos a ir en el proceso para mejorar la calidad de vida del paciente, lo que podríamos hacer es terminar descuartizándolo, comentó Guajardo, y dijo que la negociación va a ser una montaña rusa. Habrá días malos, habrá días buenos y habrá días peores y mejores.
Puntualizó que 60 días antes de arranque la negociación, prevista a mediados o finales de agosto, el gobierno de Estados Unidos debe enviar un segundo documento a su Congreso donde delinee más profundamente los objetivos de la negociación, después de haber iniciado consulta y recopilado la visión de sus sectores.
Los tres países han ganado
Por parte de México, enlistó tres pilares-objetivos con los que llegará a la negociación: primero, que se reconozca que el TLCAN ha beneficiado a las tres naciones, porque no se puede sentar a México en el banquillo de los acusados como el único ganador y segundo, incluir los nuevos temas de la economía mundial, como el comercio electrónico, las telecomunicaciones, la propiedad intelectual, los derechos laborales y ambientales.
Como tercer punto, mencionó la democracia, porque cada país debe someter la renegociación a sus congresos, ya que refirió que a diferencia de hace 22 años, en México dejó de existir un solo partido con hegemonía política porque, cuando se negoció el tratado el Ejecutivo contaba con la mayoría del Poder Legislativo, ya que pertenecían al mismo partido, pero ahora no es así, por lo que cada país debe tomar en cuenta sus restricciones políticas.
Mexico, puntualizó, no aceptará medidas para balancear el déficit comercial de Estados Unidos que no estén basadas en la expansión comercial, porque está fuera de cualquier consideración la restricción a las exportaciones mexicanas o la imposición de aranceles. Tampoco se puede aceptar modificar las reglas de origen y contenido nacional si los tres países del TLCAN no fabrican insumos de las manufacturas que exportan, porque sería darse un balazo en el pie, ya que las empresas globales optarán por cambiar sus fábricas, puesto que les resultará más barato producir en otros lugares.
A su vez, Videgaray sostuvo que por “sentido común’” la renegociación del TLCAN debe llevarse a cabo lo más pronto posible, antes de los procesos electorales en México y Estados Unidos. Tenemos que dar certeza y claridad acerca de las reglas del juego del comercio y la protección de inversiones en la región de América del Norte, y creo que es mejor hacer estas negociaciones lo más pronto posible y eso es lo que estamos alentando, porque no creo que tener las negociaciones durante los ciclos electorales sea el mejor ambiente, señaló.
En contraste, en otro panel del mismo foro, Moisés Kalach, director del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales, creado por el Consejo Coordinador Empresarial (CEE) para organizar las consultas del sector privado frente a la renegociación del TLCAN, advirtió que ésta no puede sujetarse a los tiempos políticos, porque los empresario no buscan cualquier acuerdo sino uno a 20 años.
El secretario de Economía también destacó que la defensa del TLCAN no sólo está en manos de México, sino también de sectores empresariales y productivos de Estados Unidos, y así ha quedado demostrado en los pasados cien días. Videgaray y Freeland insistieron en que la renegociación debe ser trilateral, porque hacer acuerdos bilaterales sería impráctico, dijo el canciller.