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Ciudad de México. Este diez de mayo ellas no tienen nada qué festejar. No hay comida familiar pues en sus mesas hay una o varias sillas vacías. Son las madres de miles de desaparecidos que esta mañana salieron a las calles para gritar: «Vivos los llevaron, vivos los queremos».
Cientos de personas que conforman colectivos de familiares de desaparecidos, sobre todo mujeres y madres, marcharon del Monumento a la Madre al Ángel de la Independencia para exigir la presentación con vida de sus hijos, verdad y justicia.
En ese marco, Yolanda Morán, de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México (FUNDEM) criticó la decisión del ex mandatario federal, Felipe Calderón, de iniciar en diciembre de 2006 una guerra contra el crimen organizado que «en realidad se convirtió en una guerra contra el pueblo».
Igualmente dura fue con la administración de Enrique Peña Nieto, de quien dijo que decidió seguir esa estrategia militarizada. Estimó que así se ha generado dolor, sangre y una crisis que ha tenido como víctimas a las familias.
A unos meses de que concluya su sexenio, «podemos afirmar que el presidente de la República se equivocó y que ese error nos ha costado más caro que el error de diciembre de 2006. Se equivocó señor presidente, pero dudamos que vaya a reconocer su responsabilidad en este desastre nacional. Qué vergüenza que lo que está moviendo a México es nuestro dolor, nuestra rabia y nuestra impotencia no sólo por un Estado fallido, sino definitivamente ausente, extraviado y hasta desaparecido», planteó a nombre de las ciento de mujeres que se movilizaron esta mañana.
Tras largos procesos y frustraciones que no han traído justicia para sus familiares, Morán señaló que las madres de familia de miles y miles de desaparecidos en el país (36 mil de acuerdo a cifras oficiales y más de 200 mil según los colectivos) ahora tienen la claridad de que las autoridades no buscan, no investigan y que por dos sexenios han fingido.
«Pretenden cansarnos, que nos enfermemos y que sucumbamos con nuestras muertes prematuras. Sí, han caído muchas, pero tomamos la estafeta. Felipe Calderón: eres responsable de haber declarado una guerra contra la delincuencia organizada que en verdad se convirtió en una guerra contra el pueblo, nosotras decretamos esta sentencia histórica. Carga en tu conciencia con nuestro dolor. Enrique Peña Nieto, eres responsable de no haber corregido el error de tu antecesor, a sabiendas de que era un error costoso en sangre y sufrimiento. Te corrompiste a niveles no imaginables y te comportaste como un mentiroso frente a todas nosotras».
Las cientos de mujeres que marcharon fueron acompañadas por personalidades como el obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López -quien ha sido un férreo defensor de los derechos de los desaparecidos-; el representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Jan Jarab; el ex presidente del Comité de Naciones Unidas para Desapariciones Forzadas y miembros de Amnistía Internacional, entre otros.
Al tomar la palabra, el obispo Vera López aseveró que en los últimos dos sexenios la criminalidad en forma articulada y el desastre nacional tienen su rostro en la desaparición de personas.
Agregó que recientemente, el Tribunal Permanente de los Pueblos juzgó las acciones del Estado mexicano entre 2011 y 2015y y lo calificó al gobierno de nuestro país como «un gobierno criminal».
Diana Moreno, del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, advirtió que la estrategia de los tres niveles de gobierno es desorganizar a las víctimas en lugar de buscar personas o desarticular al crimen organizado.
«Nos ven como el enemigo a eliminar, no como actores sociales que podemos ayudar en construir mecanismos eficientes de procuración de justicia, búsqueda y verdad. De igual forma atacan a los organismos internacionales como la ONU-DH. Y a su titular Jan Jarab, a quien el Estado mexicano acusa de ‘exagerado y alarmista’ porque dice la verdad de lo que ocurre en México en la justa dimensión de la emergencia nacional. La ONU-DH ha sido un gran aliado en la lucha por las personas desaparecidas y la interlocución con el gobierno, siempre garante y vigilante del respeto por los derechos humanos de las víctimas y sus familias. Es por eso que nos preocupa que el Estado insista en desestimar la opinión de Jan Jarab y de y todo su equipo de la Oficina del Alto Comisionado en México».
Jarab por su parte lamentó que está efeméride, que debería de ser de fiesta para miles de mujeres en México, se ha convertido en un reclamo por justicia. ·Este día debería ser su día de fiesta. Hoy nadie debería estar aquí, ninguna madre, hermana, padre, hijo; sino en un gran abrazo con sus familias».