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La publicación en papel de periódicos y revistas está condenada a desaparecer, devorada por la vorágine de los medios digitales. Los ejemplos sobran: el número de trabajadores de los medios impresos estadunidenses se redujo 37%. Y en México, un país de más de 120 millones de habitantes, el tiraje cotidiano de todos los diarios impresos no llega a un millón. Al respecto, el especialista Francisco Vidal es contundente: “A los periódicos les va a pasar lo que antes sucedió con las velas: Antes de la energía eléctrica fueron el principal mecanismo de iluminación y ahora son adornos”.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La crisis de los reporteros, editores y trabajadores de los medios impresos, desatada en Estados Unidos hace diez años, ya alcanzó a los periódicos mexicanos. Entre 2004 y 2014 cayó en 37% el número de empleados de la industria periodística estadunidense, que al cierre de 2015 era de 41 mil 400 personas según los datos de la Oficina de Estadísticas sobre Trabajo y Empleo.
El reporte, publicado el pasado 1 de junio por el Pew Research Center (PRC), reveló que la crisis de los periódicos estadunidenses se ha agudizado por el creciente número de ciudadanos que consumen noticias en formato digital y el lento proceso de transición de la publicidad impresa a la cibernética.
Titulado Newspaper Fact Sheet, el estudio del PRC también revela que la circulación total de periódicos (combinadas las versiones digital e impresa) alcanzó 35 millones de personas por día y 38 millones los domingos, al cierre de 2016; pero esta cifra representó 8% menos en relación con 2015. La disminución es más drástica en las versiones impresas: la circulación de los periódicos disminuyó 10%.
El análisis destacó que la circulación digital es más difícil de calcular, ya que los tres periódicos de mayor distribución diaria en Estados Unidos –The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post– no la reportan de manera completa a la Alliance for Audited Media. El Times sólo lo reporta en sus estados financieros, el Journal lo hace en el sitio del Dow Jones y el Post no lo registra en ninguno sitio.
La publicidad para los grandes periódicos, tanto en su versión impresa como en la digital, disminuyó 10% entre 2015 y 2016 para alcanzar un total de 18 mil millones de dólares y el total de los ingresos por circulación se calculó en 11 mil millones de dólares, una cifra muy similar en ambos años.
Los despidos de trabajadores en los grandes periódicos ha continuado, aunque la crisis ya no es tan severa como en 2010 y 2012, reportan varios análisis de los medios estadunidenses. Y la semana pasada hubo una protesta “de solidaridad” a las puertas de The New York Times, por la pretensión de reducir de 159 a 50 el número de editores.
Durante la protesta, que sólo duró 15 minutos, los trabajadores portaron pancartas con leyendas como “no a los recortes” y “ningún editor se va, ninguna pieza”, aunque prácticamente todos consideran que el proceso es inevitable. Criticaron que entre las acciones de los directivos del periódico está un proceso de entrevistas –al que los inconformes llaman “paneles de la muerte”–, donde los editores deben defender su trabajo para mantenerlo.
Tales acciones provocaron que el pasado miércoles 12 los editores enviaran una carta abierta al editor ejecutivo, Dean Baquet, y al director ejecutivo, Joe Kahn, reportó The Huffington Post: “Nos dieron la espalda. Aborrecemos su decisión de borrar la mesa editorial. Pero a medida que continuamos esta difícil transición, les pedimos que aumenten considerablemente las posiciones disponibles para los 109 editores despedidos, así como de un número desconocido de otros miembros del personal que han perdido su empleo como resultado de sus acciones”.
Consideraron que el plan de eliminar docenas de trabajos de edición y acabar con las mesas editoriales “está mal concebido y es imprudente y dañará la calidad de nuestro producto. Nos hará más descuidados, más propensos a cometer errores. Socavará la reputación que generaciones han trabajado para construir y mantener, la reputación que mantiene a los lectores que vuelven”.
El enemigo digital
La digitalización y la disminución del personal para el trabajo de edición ha generado el mayor número de desempleados en los periódicos de Estados Unidos y de México. En la mayoría de los casos, los primeros en ser despedidos son los trabajadores de las rotativas y de las mesas de edición, antes que los reporteros.
La crisis en The New York Times no es tan grave ahora como en 2009, cuando tuvo que rematar su famoso edificio en Manhattan por 255 millones de dólares y cuando abandonó su participación accionaria en el equipo de beisbol Medias Rojas de Boston. En ese año disminuyó 5% el salario de sus trabajadores y tuvo que vender un paquete accionario al magnate mexicano Carlos Slim. En 2011 el área de finanzas del periódico reportó que en los diez primeros meses de ese año perdieron casi 100 millones de dólares, comparados con los 40.4 millones de dólares ganados en 2010.
En 2011 The Washington Post tuvo una drástica caída de 12% en sus ingresos publicitarios y desde 2009 inició un recorte de personal en todas sus áreas, incluyendo a los trabajadores de la revista electrónica Slate. En 2013, Jeff Bezos, fundador de Amazon, compró el Post por poco más de 200 millones de dólares y en este 2017 espera que se contraten 60 nuevos periodistas.
Desde antes de la venta a Bezos, The Washington Post Company había dejado de ser una editora de periódicos para convertirse en un “híbrido” que mantenía operaciones en medios y en el negocio educativo. Durante el primer semestre de 2013 la impresión de periódicos apenas aportó 13.4% de los ingresos de la firma.
El veterano reportero Bob Woodward, quien a sus 74 años sigue trabajando para el Post, declaró recientemente al diario español El Mundo que “internet ha infectado el periodismo en el sentido de que el la gente exige inmediatamente conclusiones, opiniones… Se quiere que todo se concentre en el futuro, en el ‘dime qué es lo que va a pasar’. Y no sabemos lo que va a hacer el futuro por nosotros”.
“Ludistas” del periodismo
En el caso de los periódicos mexicanos, el especialista Francisco Vidal, profesor de la Universidad Panamericana y reportero durante décadas del sector económico, destacó que “estamos viviendo una situación muy similar a la que se produjo en la revolución industrial, cuando se acabó el telar artesanal y comenzó el telar industrial. A los románticos que defendían el viejo modelo se les llamó ‘ludistas’ y quienes creen que prevalecerá a toda costa el medio impreso son los ‘ludistas’ del periodismo.
“Es brutal lo que está sucediendo. En México los medios impresos que no hicieron el cambio digital a tiempo están en grave crisis. La Jornada perdió la oportunidad de su vida con el sambenito de que los periódicos no se van a acabar”, afirma Vidal en entrevista.
–¿Por qué perdieron esta oportunidad?
–Porque tenía el mayor volumen de lectores vía internet. Estaba muy por arriba de otros periódicos y ahora le han ganado medios como El Universal, El Imparcial, hasta El Diario de Yucatán, que ya prácticamente se transformó en una empresa de medio impreso a una compañía de múltiples servicios digitales.
–¿Cómo observas el caso de Reforma?
–Yo participé en 1995 en el proyecto digital de Reforma. Prácticamente me basé en el modelo del periódico argentino Clarín. Ahora Reforma está sufriendo porque cometieron un error desde el principio: cobrar por el acceso a la información digital.
Autor del libro Los dueños del cuarto poder y del sitio web La Rueda de la Fortuna, Vidal Bonifaz subraya que son dos las razones más importantes que están generando la crisis y los despidos en los medios impresos: “En primer lugar, a mis alumnos les digo que a los periódicos les va a pasar lo que antes sucedió con las velas. Antes de la energía eléctrica fueron el principal mecanismo de iluminación y ahora son adornos. Eso va a suceder con los periódicos y las revistas.
“En segundo lugar, el cambio de las audiencias. Ya ni los jóvenes que estudian comunicación leen los periódicos. Y recientemente, en un encuentro con voceadores, mencionaron que existe 80% de devolución de los medios impresos. Eso es muy grave. Es la desaparición de un modelo antiguo.”
Vidal subraya que hay otro factor que agrava la crisis en México: el papel de los gobiernos estatales y del federal: “Sólo sostienen de manera artificial a decenas de medios sin audiencias ni lectores. Es un chayo (embute) institucional, pero eso sólo les conviene a los dueños que están viendo cuánto más ganan, aunque todo sea efímero y superficial”, reflexiona.
“La descomposición del Estado mexicano está acelerando la crisis del periodismo. Lo está hundiendo más porque muchos medios no tienen un compromiso con sus lectores sino sólo con los gobernantes o políticos que los financian”, abundó.
Vidal destaca que tampoco existió entre los medios impresos mexicanos una estructura de negocios real para la transformación digital. Cuenta que envió a sus alumnos a preguntar a varios periódicos cuáles eran sus tarifas en el medio impreso y en la parte digital y cuál su tiraje y su tráfico en internet. “Sólo tres de cada 10 medios respondían. Los demás veían todo con desconfianza”, recuerda.
“No es serio este proceso porque todos dicen lo que les conviene y no hay forma de auditarlo. Son arreglos por debajo de la mesa entre los dueños y los anunciantes”, insiste.
Desde 2008 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dejó de publicar cifras sobre tiraje, circulación y empleo en la prensa mexicana. Las últimas cifras, desde entonces, reflejaban una caída en los tirajes de los medios: en 1995 y 1996 la caída fue de 15.5 y 13.8%, como resultado de la crisis económica de esos años; entre 1997 y 2000 las cifras fueron positivas, pero de 2001 a 2006 la caída fue constante, hasta llegar a un 10.7% menos de tiraje entre 2005 y ese año, cuando los impresos bajaron de 827 mil 784 a 694 mil 775.
La última cifra disponible en el INEGI es de 2008, cuando el tiraje total fue de 708 mil 779 para todos los periódicos, incluyendo ediciones matutinas, meridianas y vespertinas. Es decir, menos de un millón de ejemplares para un país de más de 120 millones de habitantes.