Los amantes de lo ajeno se llevaron las limosnas luego de haber ingresado por uno de los ventanales, dándose a la fuga después con rumbo desconocido
Por José Luis Preciado Trujillo
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Los ladrones hicieron de las suyas nuevamente en la Iglesia de San Juan de Abajo, de donde se llevaron las limosnas luego de ingresar por los ventanales.
De los hechos informaron los encargados de la Iglesia de San Juan Bautista, ubicada por la calle Lázaro Cárdenas, entre Victoria Anaya y 5 de Febrero, en la localidad de San Juan de Abajo, que estos ocurrieron al parecer durante la madrugada, pero ellos se enteraron hasta el amanecer al llegar y abrir la parroquia, encontrándose con que los amantes de lo ajeno se habían metido a robar, ya que los limosneros de la congregación los encontraron movidos y al ser revisados, se percataron que efectivamente faltaba el dinero de las limosnas.
Inmediatamente dieron aviso a las autoridades policiacas para que acudieran a tomar nota, arribando los elementos de Seguridad Pública Municipal, quienes fueron enterados de lo que había ocurrido, manifestando el reportante que desconocían quién se metió a robar, pero tenían sospechas de alguien, ya que no era la primera vez que les robaban las limosnas, lo bueno fue que los de la Congregación, apenas hace unos días habían acudido a la Iglesia a sacar las limosnas y solo se llevaron unas cuantas monedas( sin decir cantidades).
Los Policías Municipales informaron a sus superiores para que les dieran indicaciones, procediendo a levantar nota de lo ocurrido, quedando asentado en un reporte de hechos que fue entregado más tarde a las autoridades competentes, para que ellos se hicieran cargo de las investigaciones correspondientes, y tratar de dar con el paradero de los sacrílegos, de quienes dijeron que ya se les hizo costumbre de ir a robar las limosnas a cada rato a este parroquia.
Se espera que pronto las autoridades policiacas pongan tras las rejas a estos delincuentes para que ya dejen de hacer daño a la sociedad, además de que son un peligro para la ciudadanía, pues al parecer siempre que cometen sus fechorías, andan bajo los influjos de alguna droga y no se la piensan para cometer los ilícitos, sin importarles de quien se trate.
