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Se mantiene el código de silencio en pederastia clerical

jornada.com.mx

Las renuncias presentadas por integrantes de la jerarquía católica involucrados en pederastia clerical, como sucedió en Chile, Australia y Estados Unidos, y las acciones del papa Francisco, no son suficiente para combatir este flagelo, coincidieron en señalar especialistas.

Bernardo Barranco, especialista en asuntos religiosos y articulista de esta casa editorial, señaló que el problema de fondo es que se mantiene el código de silencio, de no hablar abiertamente sobre los abusos sexuales contra infantes.

Resaltó que a partir de la visita del papa Francisco a Chile, en enero pasado, se detonó la problemática que es la pederastia clerical. Y aunque en un primer momento defendió al obispo Juan Barrios, acusado de encubrir abusos cometidos por el clero, tras una investigación que mandó a realizar, a cargo de Charles Scicluna, arzobispo de Malta, aceptó que cometió un error.

Es en ese momento cuando el máximo jerarca “comienza a tener una actitud diferente ante al tema de la pederastia. Sin embargo, ello junto con otros casos detonados son fruto de una presión internacional, sobre todo de los medios, pero también un reconocimiento que el mismo Papa ha hecho de que no le prestó la suficiente atención a este tema.

Barranco mencionó que ahora ya se están tomando medidas más severas, pero “el problema de fondo subsiste, un código interno que tiene la Iglesia que está planteado desde los más altos niveles de la jerarquía, una especie de silencio cómplice. Ese, dijo, es el reto principal.

En entrevista, dijo que otro de los problemas es la sexualidad en el mundo religioso, de cómo la Iglesia católica la concibe, pues muchos sectores en el interior la siguen planteando como un vehículo de reproducción no como una fórmula de expresión, de placer, incluso de espiritualidad.

Aidé García, cordinadora de Relaciones Interinstitucionales de Católicas por el Derecho a Decidir, dijo que no se está atacando este flagelo de manera estructural. El Vaticano, agregó, tampoco ha dado respuestas a las recomendaciones que hizo el Comité por los Derechos de la Infancia de las Naciones Unidas, emitidas en 2014.

Señaló que se requiere “una clara reparación del daño a las víctimas, al igual que se garantice la no repetición de los abusos.

Felipe Gaytán Alcalá, investigador de la Universidad La Salle, dijo que con base en lo realizado hasta el momento, parece que a la Iglesia católica no le interesa solucionar el problema sino mantener el control de éste y tenerlo regulado. En la retórica van a decir que sí, que tratan de eliminarlo, pero sus acciones y sus estrategias no apuntan hacia eso.

Añadió que hay una preocupación en el Vaticano, sobre todo en el pontificado de Francisco porque, por un lado, este tipo de crisis lo debilita frente a los grupos más conservadores, pero, por otro, el tema de tomar una decisión y encubrirlo lo hace más grave todavía.

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