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El subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Jesús Seade Kuri, insistió ayer en que no hay letras chiquitas
en el Acuerdo Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Sobre los agregados que supuestamente vigilarán el cumplimiento de la reforma laboral, dijo que responden a una cuestión interna
de Estados Unidos, como parte del proceso de ratificación del tratado.
Reiteró que en nuestro país no habrá agregados laborales que supervisen el cumplimiento de la ley del trabajo mexicana y que esto no forma parte de la adenda firmada la semana pasada.
En varios mensajes a través de su cuenta de Twitter, el funcionario y principal negociador del tratado por parte de México subrayó que cada país tiene sus procesos para la ratificación del T-MEC. En el caso de Estados Unidos, existe una ley de implementación, donde se incluyen los compromisos asumidos y otras cosas internas, como necesidades presupuestales derivadas del tratado y el rediseño de sus instituciones
, entre otras.
Señaló que como concesión a los miembros duros del Congreso (estadunidense), su proyecto de ley incluye un mecanismo de monitoreo de nuestra reforma laboral
.
Indicó que dicho esquema es redundante a lo que dispone el tratado comercial, 90 por ciento interno e inofensivo (información), pero que debió haberse advertido y expresa desconfianza
.
Reconoció que Washington prevé el nombramiento de cinco agregados diplomáticos laborales en México, pero su función no está clara
y México jamás aceptará, si se trata en medida alguna de inspectores disfrazados, por una sencilla razón: la ley mexicana lo prohíbe
.
De esa manera, Seade Kuri aclaró la discusión que se generó en los días recientes y que el diplomático atribuyó a malicia o desinformación
, por la cual se planteó la existencia de letras chiquitas
del tratado, pero él lo desmintió.
Esto, puntualizó respecto a los supuestos inspectores, ni es del tratado ni nos compromete. Es parte del discurso para las galerías (de Estados Unidos), y lo de los cinco agregados es una medida unilateral
que se sujetará ciento por ciento a lo acordado.
También recordó que los legisladores demócratas tenían una obsesión
por el término enforcement, que significa obligar a cumplir
. Precisó que eso costó sangre
y se atendió con los paneles binacionales en la materia.
Esa medida consiste en que para atender los conflictos en materia laboral México y Estados Unidos elijan a un panelista, y se cuente con un tercero, externo, por mutuo acuerdo.
Cuando se requiera de este mecanismo, se cuenta con 85 días posteriores a la denuncia y un prepanel para que el asunto se resuelva según la ley interna.
El subsecretario para América del Norte subrayó que México adoptó una reforma laboral mucho más avanzada que la vigente en Estados Unidos
, con la cual se cumple con el T-MEC. Además está prevista la defensa laboral de los mexicanos en el vecino país del norte.
También resaltó las mejoras que se lograron para México en la negociación del acuerdo, entre otras el mecanismo de solución de controversias que se peleó durante 25 años sin éxito y que ahora garantiza un piso parejo para los tres países.
Sobre el acero, quedó que en un periodo de siete años, contra tres que exigían, el metal para la industria automotriz provenga de la región desde su fundición.
Hasta ahora mucho del material del acero proviene de Brasil. Esta nueva regla crea oportunidades de inversión y empleo en la industria acerera.
En el caso del aluminio, Estados Unidos pedía que se cumpliera la misma regla, pero se eliminó, dando un plus a la inversión en México en esta industria.
También se logró excluir del acuerdo los aranceles estacionales; la certificación laboral en la frontera, que comprendía toda exportación a Estados Unidos. En cambio, permanecen las palabras sostenida y recurrente
, que permitirán la aplicación de castigos comerciales tras un problema aislado y no un patrón de comportamiento.