Por Mauricio Lira Camacho
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La secretaría de movilidad en Jalisco, la cual encabeza Bernardo Sepúlveda, concesionarios del transporte y choferes, ocasionaron hoy un verdadero caos, en el que el único perjudicado es la sociedad usuaria en el municipio de Puerto Vallarta.
El caos fue en horas pico, cuando estudiantes y trabajadores, tuvieron que esperar por más de una hora el paso de la unidad correspondiente que los llevara a las escuelas o a los centros laborales.
La hora pico comenzó entre las 6:30 y las 7:30 de la mañana de hoy, cuando desde temprano sin previo aviso, el ciudadano común tardó mucho tiempo en tomar el camión que debía.
Más tarde, entre las 7:30 y las 8:30 de la mañana, se observaban tumultos de personas queriendo abordar un camión. Todo esto a lo largo de la franja de la carretera del corredor Las Palmas – Ixtapa – Las Juntas, sobre avenida de ingreso a la altura del crucero de las Juntas.
Así como en la serie de paradas de camiones en la Francisco Medina, desde el crucero de Las Juntas, Marina Vallarta, Ingreso por la escultura de la ballena, crucero de la administración portuaria integral, API, Plaza las Glorias, Santa María, Libramiento Carretero, Luis Donaldo Colosio, frente a la unidad deportiva, Agustín Flores Contreras y el centro de Puerto Vallarta.
Esta situación se derivó, por el operativo que realizó la dependencia estatal, durante gran parte del día de este pasado martes en tres puntos, la unidad Agustín Flores, Biblioteca Los mangos en avenida Francisco Villa y en avenida de ingreso, en el que resultaron detenidas más de 20 unidades por circular sin placas y papeles expedidos por la propia autoridad de movilidad.
Los choferes circulaban sin licencias y los papeles debidos, esto creó que con el operativo implementado por la SEMOV Jalisco, las unidades fueran detenidas.
Los concesionarios tuvieron responsabilidad, porque en anteriores operativos sus unidades ya habían sido señaladas como no aptas para circular, muchos de ellos violaron las disposiciones correspondientes.
Aquí, el único perjudicado es el propio usuario del transporte urbano, quien se quedó sin aviso previo de la autoridad para la implementación de estos operativos y la actitud poco profesional de los concesionarios en no poner orden en sus unidades.
El gobierno de Jalisco, cumple su parte de culpa, por no tener a estas alturas del año, la cristalización de sus promesas de que Puerto Vallarta cuente con un transporte público moderno.
