Se trata de una señora ya mayor, quien dejó su enorme camioneta estacionada invadiendo cajones en un centro comercial, llevaba a dos menores y no le importó las molestias que ocasionó a clientes. El lugar estaba lleno, los agentes de seguridad privada no se daban abasto para atender a los que iban ingresando, el problema fue que nadie se dio cuenta de esta arbitrariedad.
A la señora la vocearon al interior del centro comercial, pero literalmente «se hizo que la virgen le hablaba».
A punto estuvieron de llamar a la grúa para que se llevara esta unidad, no pasó nada.
Eso es irresponsabilidad.
Texto y fotos por Licenciado Mauricio Lira Camacho
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