Ciudad de México. El aumento en los precios de las gasolinas tendrá un menor impacto en los sectores menos favorecidos y se espera que su reflejo en la inflación no sea permanentemente, aseguró la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En su informe semanal detalló desde el punto de vista de los costos de producción, que el consumo de diésel es deducible por las empresas, en tanto que el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) de diésel es acreditable contra el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Además, refirió que la mayoría de los programas de apoyo social reflejan de forma automática los cambios en la inflación, por lo que cualquier efecto se reflejaría en el apoyo otorgado a los hogares vulnerables.
En ese sentido, destacó que en el pasado hubo episodios con aumentos similares en los precios de los combustibles sin que eso se trasladara en un aumento desbordado en la inflación.
En ese sentido, ejemplificó que de 2010 a 2013 se observaron aumentos en precios de los combustibles similares al incremento para la gasolina magna en enero. En esos años, la inflación general se ubicó entre 3.5 y 4.5 por ciento.
En tanto, abundó que el Banco de México (Banxico) considera el ajuste en los precios del combustible es un cambio de una vez que no debería generar presiones inflacionarias permanentes.
Ello, aunado a que el instituto central se mantendrá atento para cuidar que el aumento en los precios de las gasolinas no provoque efectos de segundo orden en los precios de los distintos bienes de la economía.
La SHCP detalló que de manera general, los precios más bajos se encuentran en la zona del Golfo de México, en particular en Veracruz, Tabasco y Yucatán, en donde se sitúan algunas de las comunidades con menor desarrollo del país.
Añadió que la presencia de la refinería de Salina Cruz en Oaxaca ayuda a que en la zona de ese estado y áreas cercanas los precios se ubiquen también entre los más bajos del país.
La dependencia señaló que “mantener artificialmente bajos los precios de los combustibles no es una buena política pública ni un buen uso de los recursos públicos».
Lo anterior, dijo, aunado a que el consumo de las gasolinas y el diésel genera contaminación, problemas de congestión vial y afectaciones a la salud.
La dependencia reiteró que el ajuste en los precios de las gasolinas y el diésel está relacionado en forma directa con los precios internacionales del petróleo.
Explicó que hasta antes de 2015, los incrementos en precios se daban por razones políticas o tributarias, y aunque bajaran los precios internacionales, se seguirían observando aumentos mensuales.
Sin embargo, expuso que a partir de 2016, los únicos cambios observados tuvieron que ver con los movimientos en los precios del petróleo, que son costos reales en la producción de gasolinas y diésel.
«En 2017 los precios son el reflejo de los incrementos reales en los costos de producción de estos combustibles. Los precios del petróleo West Texas Intermediate (WTI) y Brent aumentaron en dólares, de septiembre a la fecha, en un 17 por ciento aproximadamente”
Con ello, recordó que el objetivo es que el gobierno de la República deje de determinar los precios de los combustibles. Por lo que durante este año, de manera gradual y ordenada, se flexibilizarán todas las regiones del país para que sea el mercado el que los fije.
Lo anterior, subrayó, con una estricta vigilancia y monitoreo por parte de la autoridad para evitar abusos.
A su vez, reiteró que el precio de las gasolinas en México es competitivo, pues el dato promedio en el país para enero de 2017 es menor que el promedio mundial.
Incluso, abundó, es menor que en la mayoría de los países de América Latina (Argentina, Belice, Chile, Costa Rica, Cuba, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Uruguay).
También es más bajo que en que en varias naciones productoras de crudo (Brasil, China, Noruega y Reino Unido) y menor que la gran mayoría de los países industrializados (Japón, Corea del Sur, Hong Kong, y los miembros de la Unión Europea, entre otros).