Por Paty Aguilar
En cumplimiento de una sentencia de desalojo por parte del Tribunal Unitario Agrario 56 con sede en Tepic, Nayarit, de una “parcela” ubicada en la cercanía de la comunidad de San Pancho, antes de llegar a la comunidad de Las Lomas, derivado de un juicio agrario bajo el expediente 674/2014, fue suspendido debido a que dicho desalojo, según el actuario, está dirigido contra el licenciado, Genaro Parra, pero dicha tierra, alrededor de tres hectáreas, es propiedad de la señora, Mónica Ortíz, misma que en el lugar de los hechos, mostró sus escrituras.
Acompañado el actuario del TUA, por la señora, Cornelia Rubí y su abogado, quien ganó el juicio agrario por la posesión de dichas tierras a su hijo, Enrique Lorenzana Rubí, quien como ejidatario de Sayulita, vendió dichas tierras al licenciado, Genaro Parra, hace más de 10 años, se vio obstaculizado para llevar a cabo la ejecución ante la negativa de la señora, Mónica Ortíz, cuando a través del abogado, Fernando López Magdaleno, se le mostraron las escrituras del predio.
El abogado, Fernando López, fue claro al señalarle al actuario, que el predio de la señora, Mónica Ortiz, no era ya un parcela puesto que contaba con escrituras, por lo que dicho predio no era competencia del Tribunal Unitario Agrario, por lo que la señora, Cornelia Rubi, debía interponer un juicio de carácter civil en busca de anular las escrituras, mientras tanto, era completamente ilegal el resolutivo del magistrado.
Cabe mencionar, que la señora, Cornelia Rubí, demando a su hijo Enrique, ejidatario de Sayulita, derecho que se le otorgó luego del fallecimiento de su padre, ejidatario original y de su hermano, que tenía el derecho ejidal heredado por su padre, pero que también falleció, motivo por el cual ante la ausencia de su madre, Cornelia Rubí, que abandonó a su esposo muchos años atrás, el Ejido de Sayulita, otorgó este derecho a Enrique Lorenzana, quien le hizo pie de casa a su padre, hasta que este falleció.
Es por ello, que en su carácter de ejidatario y posesionado de esta parcela, hace más de 10 años, se la vendió a Genaro Parra y este a su vez, le vendió una parte, alrededor de tres hectáreas, a la señora, Mónica Ortíz, todo debidamente legalizado, motivo por el cual, la propietaria cuenta con escrituras.
Sin embargo, la situación legal de esta parte de la parcela, la señora Cornelia Rubí y su abogado, que tenía conocimiento de que dicha parte de la parcela tenía escrituras, no se lo hicieron saber al Tribunal, por lo que el magistrado, ordenó la ejecución de desalojo de esta parcela, que estaba a nombre de Genaro Parra, tierra, que efectivamente, el licenciado entregó, cuando el juicio se perdió, pero lo que no pudo entregar fue la tierra de la señora, Mónica Ortiz, a quien le vendió en el 2007.
Como oportunamente se informó, se trata de un predio donde actualmente y con mucho esfuerzo se constituyó en el lugar un centro cultural denominado ZUBUYA, que es un proyecto que vincula al medio ambiente, educación ambiental, tradición y cultura. Se trabaja con las comunidades de San Pancho, Las Lomas, San Ignacio y Sayulita, así como con universitarios de arquitectura de Aguas Calientes con la finalidad de promover la bioconstrucción.