Por Mauricio Lira Camacho
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Taxistas con todo.
Anduvieron desatados.
Los deminios amarillos anduvieron sueltos en los pasados días santos, con motivo del período vacacional, en el que Puerto Vallarta recibió a miles de turistas.
Pero que, lamentablemente quienes protagonizaron hechos de riesgo y de accidentes, fueron los taxistas.
Los choferes de las unidades del transporte local, destacaron estos pasados días santos, por haber protagonizado varios accidentes algunos con fatales consecuencias.
Alcances, ebriedad y choques fue lo que predominó, ante residentes locales y visitantes nacionales que abarrotaron el destino.
Varios de los viajeros se hospedaron en determinados hoteles del puerto, dejaron sus vehículos en el eestacionamiento y decidieron pasear aquí en los taxis.
Muchos batallaron por las altas tarifas que cobran, sobre todo en temporadas de vacaciones, luego la imrpudencia con la que manejan la mayoría de los taxistas.
Rebasan por acotamientos, no respetan luces de los semáforos, hablan por el celular mientras van manejando, dan vueltas indebidas, hace ascenso y descenso de pasaje a mitad de las vialidades, se estacionan donde quieren y son agresivos.
A toda hora, más de la costumbre con relación a una temporada normal, los taxistas en vacaciones se transforman, cambia su estado de ánimo y son hasta ofensivos con el residente local a quien desprecian por subir a un turista nacional o internacional pudiente económicamente.
Por años, varios de los taxistas caen en los programas y campañas de los alcoholímetros implementados por el gobierno municipal, otros chocan bajo los influjos de las bebidas embriagantes o por la irrespondabilidad y exceso de velocidad, todo por ganar pasaje.
