Este jueves, el rancho Izaguirre en Teuchitlán, un campo de adiestramiento del CJNG, abrió sus puertas al público.
La historia del narcorancho Izaguirre en Teuchitlán quedará escrita a sangre y fuego. El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) creado en el 2000, aplicó en el lugar la táctica de la propagación del terror civil: A más salvajismo, más miedo entre la población, más sometimiento de las autoridades, más silencio en los medios.

La historia del rancho de Teuchitlán
El pasado 5 de marzo, el colectivo Guerreras Buscadoras de Jalisco entró al sitio donde descubrió restos óseos, ropa, objetos de aseo, juguetes y cientos de zapatos.
Según las activistas, el rancho funcionaba como un campo de adiestramiento del CJNG para sumar jóvenes a sus filas. Ahí, las personas serían usadas y sometidas a las prácticas más crueles como el uso de cuchillos y armas.

El pasado septiembre, la Fiscalía de Jalisco aseguró el lugar, donde rescató a dos personas levantadas y decomisó varias armas; sin embargo, el sitio mostraba actividad reciente, como el abandono de dos autos con reporte de robo.
La Fiscalía General de México (FGR) señaló que hubo omisiones por parte de las autoridades estatales. No se cumplió con el debido registro e identificación de todo lo hallado, sobre todo en lo que respecta a las prendas de vestir y calzado que dejaron abandonados en el lugar.
Un circo la visita a rancho Izaguirre
Este 20 de marzo, las puertas del rancho Izaguirre, en Teuchitlán fueron abiertas a medios de comunicación y colectivos, pero el recorrido solo se limitó a determinadas zonas y no se permitieron preguntas a los peritos que trabajan en el lugar, señalaron los familiares.
‘No encontré nada. (Esto) es un circo, una payasada, no sé qué es lo que quieran hacer, pero no hay absolutamente nada de lo que intentábamos encontrar’.
Actualmente, México registra en sus listas a 124 mil personas desaparecidas.
