A pesar del nerviosismo en Wall Street, el gobierno de Estados Unidos puso en marcha dichas medidas económicas contra sus principales socios comerciales en Norteamérica y el resto del mundo
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El gobierno del presidente Donald Trump ha entrado en una nueva fase de la guerra comercial de Estados Unidos tras anunciar la puesta en marcha de aranceles a México y otro países. Esto, en el marco de la toma de posturas más agresivas contra sus principales socios comerciales del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), las cuales fueron anunciadas desde febrero pasado.
“Un arancel del 25 por ciento al acero y al aluminio, sin excepciones ni exenciones, entrará en vigor para Canadá y todos nuestros demás socios comerciales a medianoche del 12 de marzo”, declaró el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Kush Desai.
El mercado del acero y el aluminio: ¿Cómo afectará al país y demás países en sus industrias de estos metales?
En el caso del aluminio, México, Brasil, India, Argentina abastecen el mercado en menor medida, pero “aun así podrían sufrir interrupciones en la cadena de suministro a medida que los compradores ajusten sus estrategias de abastecimiento”, precisa la consultora EY-Parthenon.
De acuerdo con esta institución, las afectaciones más significativas en este sector serían para Canadá, puesto que suministra casi la mitad de aluminio hacia la Unión Americana.

Por otra parte, en el caso del acero, y después de Brasil con el 17% del total de importaciones, México podría sufrir las mayores repercusiones económicas por estas medidas. De ahí, le siguen Corea del Sur, Alemania y Japón.
Finalmente, Trump confió en que los aranceles van a traer “mucho dinero a este país” y dejó entrever que, según su perspectiva, EE. UU. ha sido estafado “durante años por otros países” para el manejo de la industria automotriz, una idea que viene repitiendo desde que asumió la presidencia en su primer mandato (2017-2021).
“(Las empresas) cierran plantas en Michigan y en todo el país y las construyen en México. Todo eso ha acabado ahora. Todos están viniendo. Honda está construyendo una planta enorme (en el país)”, subrayó el mandatario

Marcelo Ebrard y su tercer intento por desactivar los aranceles de Washington
El secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón, realizó su tercera visita a Washington en menos de un mes para negociar con el gobierno de Estados Unidos la posible imposición de aranceles del 25% al acero y al aluminio mexicanos. Ebrard sostuvo reuniones con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, y otros funcionarios de la administración de Donald Trump. Esto en busca de evitar la implementación de estas tarifas.
Ebrard argumentó que los aranceles propuestos carecen de justificación, ya que Estados Unidos mantiene un superávit en la balanza comercial de estos metales con México. “México importa más de lo que Estados Unidos importa de México”, señaló el funcionario. Además, enfatizó que “no se justifica que haya una tarifa sobre el acero y el aluminio”.
Además, destacó la integración de las industrias de ambos países, particularmente en el sector automotriz, donde componentes como los pistones cruzan la frontera en múltiples ocasiones durante su proceso de fabricación. “No tiene sentido aplicar tarifas en una región tan interdependiente”, explicó Ebrard.

Las negociaciones continuaron con la esperanza de alcanzar un acuerdo que evitara la implementación arancelaria y preserve la relación comercial entre México y Estados Unidos. Sin embargo, y como se ha dado a conocer, esto no fue factible.
El llamado de la CANACERO para seguir las negociaciones bajo el T-MEC
Durante su visita a Washington, Ebrard Casaubón también destacó el respaldo del sector empresarial mexicano; particularmente, de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (CANACERO), quien ha advertido sobre el impacto que tendrían los aranceles propuestos en la competitividad de las exportaciones mexicanas.
El organismo empresarial también ha insistido en que México no representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, argumento bajo el cual se justificaría la aplicación de las tarifas conforme a la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial estadounidense.

“El acero mexicano no subsidia su producción ni compite de manera desleal. Por el contrario, es parte fundamental de las cadenas industriales norteamericanas”, añadió la CANACERO. Así mismo, la cámara reiteró su llamado a mantener un diálogo técnico y comercial que respete los acuerdos del T-MEC y evite medidas unilaterales que puedan erosionar la confianza en la integración económica de América del Norte.