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Nueva York.
El presidente Donald Trump afirmó que tiene el pleno poder ejecutivo de indultarse a sí mismo, declaró inconstitucional la investigación del fiscal especial, mientras su abogado argumentó que el mandatario podría asesinar al ex jefe de la FBI sin sufrir consecuencias legales.
Trump sacudió, una vez más, al mundo político local con una serie de tuits esta mañana en los que declaró tengo el derecho absoluto de perdonarme a mí mismo, y jugando la carta de víctima por enésima vez, continuó: ¿pero por qué lo haría si no he hecho nada malo?
Agregó, una vez más, que enfrenta una cacería de brujas encabezada por demócratas enojados, en referencia a los abogados del equipo del fiscal especial Robert Mueller, quien investiga la injerencia rusa en las elecciones presidenciales, y la posible obstrucción de la justicia del presidente y su equipo. Mueller, al igual que el subprocurador general que lo nombró, es republicano.
En la misma serie de tuits afirmó, sin ofrecer ningún argumento, que el nombramiento del fiscal especial ¡es totalmente inconstitucional!
Rudolph Giuliani, abogado de Trump, fue el primero en comentar en una entrevista de televisión el domingo que el presiente probablemente tiene el derecho de indultarse, pero advirtió que recurrir a esa medida tendría consecuencias severas: “Perdonarse a sí mismo sería impensable y probablemente llevaría a un impeachment inmediato”. Pero aparentemente no es tan impensable, si el propio presidente lo reiteró 24 horas después.
Más aún, Giuliani –ex alcalde de Nueva York y ex fiscal federal– en otra entrevista, argumentó que los poderes del presidente son de tal dimensión que legalmente es inmune a toda fiscalización mientras está en su puesto. En ningún caso puede ser obligado a declarar o ser acusado formalmente, sostuvo, y agregó que el impeachment es el remedio al comportamiento ilegal de cualquier presidente, pero no su fiscalización. Como ejemplo dijo que “si (Trump) le disparara a James Comey (el ex jefe de la FBI al cual despidió), sería destituido por impeachment al día siguiente”, y ahí ya podría ser penalmente procesado, pero no mientras esté en la Casa Blanca.
Todo esto alarmó a varios expertos, ex abogados de la rama ejecutiva y políticos de la oposición demócrata, que disputan no sólo algunas de las afirmaciones al señalar, por ejemplo, que en 1974 el Departamento de Justicia afirmó que el presidente probablemente no se puede autoindultar (nunca se ha probado esto ante un tribunal), y el hecho de que a lo largo de los años se han nombrado varios fiscales especiales bajo autoridad del propio Departamento de Justicia. Disputan las declaraciones de Trump y Giuliani al indicar que el gobernante y su gente están jugando con un argumento que implica que el presidente está más allá de la ley.
La fundación de Estados Unidos descansa en la premisa de que ninguna persona está por encima de la ley, repitieron desde senadores hasta expertos en leyes. De hecho, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, se vio obligada a afirmar que ciertamente, nadie está sobre la ley, y agregó: afortunadamente el presidente no ha hecho nada malo y por tanto no necesitaría uno (un indulto).
Todo esto ha desatado un debate, en el que algunos expertos legales consideran que la afirmación de las dimensiones del poder presidencial en la carta no tiene precedente. Más aún, algunos republicanos prominentes han cuestionado estas afirmaciones. El líder del Comité Judicial, Charles Grassley, declaró a CNN: si yo fuera presidente de Estados Unidos, y tuviera un abogado que me dijera que yo me puedo indultar a mí mismo, contrataría a un nuevo abogado.
Mucho de esto estalló en respuesta a la revelación del New York Times acerca de una carta de los abogados de Trump enviada a Mueller en enero en la cual argumentaban, esencialmente, que el magnate no puede ser obligado a testificar ni ser acusado de obstrucción de justicia porque como jefe del Ejecutivo él es la suprema autoridad sobre toda investigación federal. Indican que tiene la autoridad de cerrar toda indagatoria realizada por el Poder Ejecutivo (en este caso, el Departamento de Justicia y sus agencias, incluida la FBI) y/o ejercer su poder de perdón ejecutivo cuando lo desee.
De hecho, todos interpretaron el anuncio de un indulto presidencial y sugerencias de que se estaban contemplando por lo menos dos más la semana pasada, como un mensaje bastante claro a varios de sus ex asesores y aliados que ahora están bajo investigación o incluso han sido acusados –entre ellos tal vez su ex jefe de campaña Paul Manafort, su ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn y su ex abogado personal Michael Cohen, entre otros–, de que estaba dispuesto a indultarlos (se supone que eso sería a cambio de que no lo traicionen).
Con sus declaraciones de este lunes, y las de su abogado el pasado fin de semana, se intensificó la estrategia de descalificar la investigación de Mueller contra el universo de Trump, por un lado cuestionando su legalidad e imparcialidad, y por otro generando la idea de una persecución partidista en su contra.
Una vez más, como ocurre casi todos los días, Trump logró enfocar casi toda la atención sobre sus declaraciones y con ello imponerse en el debate político y, aún más importante, definir las noticias principales de los medios.
En otro tuit festejó sus 500 días en la Casa Blanca, afirmando que se había logrado mucho… muchos creen que más que cualquier otro presidente en sus primeros 500 días.