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WASHINGTON (apro).– Donald Trump, presidente de Estados Unidos, se quejó de que parte del contenido de la llamada telefónica que sostuvo con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, se haya filtrado a los medios de comunicación.
“Se suponía que era secreta”, declaró en referencia a la conversación del pasado viernes 27 de enero.
“Me quedé en shock cuando me enteré que se había filtrado a los medios”, matizó durante una conferencia de prensa que ofreció en la Casa Blanca que duró hora con 16 minutos.
Tanto la prensa mexicana como la estadunidense reportaron sobre la conversación telefónica en la que Trump ofreció a Peña Nieto el envío de tropas de ese país a territorio nacional para ayudarlo en el desmantelamiento de los cárteles del narcotráfico y del crimen organizado.
Al respecto, medios de comunicación estadunidenses señalaron que la propuesta de Trump, “de acuerdo con fuentes del gobierno”, fue con un sentido de broma.
En cambio, el gobierno de Peña Nieto rechazó de manera rotunda que, con tono de amenaza, el magnate estadunidense propusiera el envío de tropas a México para combatir al narcotráfico, como lo reportó la prensa mexicana.
“Era información clasificada”, insistió en la conferencia de prensa de este jueves en el Salón Este de la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos aprovechó la convocatoria a los medios de comunicación para insistir en que “tiene una buena relación” con su homólogo mexicano. No obstante, reiteró su determinación de construir un muro en la frontera sur para detener el flujo de la inmigración indocumentada y de drogas.
“Será un muro grandioso, que cuando el presupuesto para su edificación sea negociado directamente por mí, bajará el costo”, dijo.
Los cálculos del Congreso federal estadunidense sobre el costo de la construcción del muro fronterizo rebasan los 20 mil millones de dólares, que tendrían que salir del erario estadunidense. Sin embargo, Trump asegura que el financiamiento de la muralla será sufragado por México.
Sin mencionar el asunto de la demanda y consumo de enervantes en su país, reconoció que Estados Unidos es “una nación infestada de drogas” y que éstas “son más baratas que una barra de dulce”.
Agregó que como parte de su estrategia contra la inmigración indocumentada, este miércoles pidió al Departamento de Seguridad Interior que abra “una oficina especial para atender a las víctimas de la inmigración indocumentada”.
En este mismo tenor, mencionó de manera indirecta las redadas que llevan a cabo por todo el país los agentes federales de inmigración. Aclaró que solo capturan y deportan a los indocumentados con antecedentes penales. “Y a todos los que representan una amenaza para Estados Unidos”, destacó.
El mandatario prometió a su vez que su gobierno continuará oponiéndose a las llamadas “ciudades santuario” que protegen a los indocumentados.
Al hablar de asuntos económicos, Donald Trump insistió que en los 27 días que lleva como presidente, ya paró el “desangrado de empleos y empresas” estadunidenses hacia la frontera sur.
En clara alusión al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado con Canadá y México, explicó que en lugar de compromisos multilaterales de intercambio comercial, su gobierno se concretará en “acuerdos bilaterales”.
Y como ha hecho otras veces, el habitante de la Casa Blanca criticó a la prensa que, dijo, “siguen publicando noticias falsas… muy, muy falsas”.
Incluso, se lanzó a decir que de su predecesor, Barack Obama, heredó “un desastre en casa y en el extranjero. Estoy aquí para cambiar este sistema imperfecto”.