Por Paty Aguilar
Una turista mexicana, Delia Tyler, que radica en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, y que gusta mucho de venir a vacacionar a Bahía de Banderas y Puerto Vallarta, como dos o tres veces por año, licenciada en Comunicación, catedrática de la Universidad Georgia Tech, tuvo la oportunidad y el deseo de vivir una experiencia que le cambio la percepción que se tiene de los vendedores ambulantes de playa, experiencia que ha vivido junto a su esposo, doctor, James Tyler, y durante sus días de vacaciones lo ha publicado en su muro del Facebook.
Ella llego a a vacacionar a Bahía de Banderas el pasado 15 de diciembre 2017 y junto con su esposo, todos los días han sido de grandes aventuras y diversiones, les encanta estos destinos turísticos, incluso, participan también, si hay oportunidad, en asuntos de problemática social local, como fue el rescate de la Playa La Lancha, de Punta Mita, donde con el grupo de la Asociación de Mujeres Unidas por Bahía de Banderas, Delia, tomó el machete y empezó a limpiar de maleza la entrada a esta playa, esto hace como dos o tres años.
En esta ocasión, Delia Tyler, al ir caminando junto a su esposo por la playa de Bucerías, rumbo al hotel Star Bay, observó a un vendedor de joyería, se dirigió a él y le pidió si le permitía vender sus productos y le explicó que ella quería que se valorara su trabajo, el vendedor aceptó y Delia, con aproximadamente 15 kilos encima, empezó a recorrer la playa y ofrecer el producto a los turistas.
Pero no solo lo hizo con un vendedor de joyería, sino también con otros vendedores de pareos, de pay de queso, de cocadas, de paletas, de ostiones y no solo en Bucerías, sino también en playa de Puerto Vallarta. Luego de varios días de convivir con ellos y de lograr solo vender unas cocadas y un pay de queso, la conmovió el hecho de darse cuenta lo duro de este trabajo que se hace diariamente bajo los rayos solares, motivada por la pesada experiencia, subió este comentario en su muro sobre sus días de vacaciones:
“No todo ha sido diversión, me he tomado el tiempo de ponerme en los zapatos de los vendedores en la playa. No es una labor fácil. De todo lo que he hecho lo más pesado es vender joyería en la playa. Caminar sobre la arena y en el sol con más de 15 kilos cargando. Seguiré agregando fotos hasta que terminen mis vacaciones. ¿Que aprendí? Nunca jamás regatear !Dios bendiga a todos los vendedores ambulantes!” fue el comentario que llamó la atención de quien escribe.
Entrevistada al respecto vía Facebook, sobre qué la había motivado a acercarse con los vendedores y convertirse en uno de ellos por algunos minutos o horas, comento “Me gusta que la gente haga conciencia que todo trabajo es loable.” Y derivado de esta vivencia, señaló que tenía pensado hacer una exposición y una narrativa de su experiencia en la ciudad de Atlanta.
Delia Tyler cursó la Maestría en Lengua y Cultura Española, en la Universidad de Salamanca, España e imparte clases de español, en la Universidad de Georgia Tech de la ciudad de Atlanta.