Un estudio publicado en la revista médica JAMA Network revela los efectos cardiovasculares en pacientes recuperados de coronavirus
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La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) continúa causando una considerable morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Los informes de casos de pacientes hospitalizados sugieren que la enfermedad afecta prominentemente el sistema cardiovascular, pero el impacto general sigue siendo desconocido. Hasta ahora, el énfasis principal de la investigación ha estado en las complicaciones respiratorias agudas, especialmente en pacientes críticos.
Para comprender mejor la prevalencia, el alcance y el tipo de secuelas cardiovasculares, un grupo de investigadores del Hospital Universitario de Frankfurt, examinó proactivamente a pacientes con una infección reciente documentada por COVID-19 utilizando marcadores serológicos de lesión cardíaca e imágenes en profundidad altamente estandarizadas con resonancia magnética cardiovascular (CMR).
En el estudio prospectivo observacional de cohorte, publicado en la revista JAMA Network, se identificaron 100 pacientes recientemente recuperados de la enfermedad del Registro COVID-19 del mismo hospital entre abril y junio de 2020. Todos los participantes se consideraron elegibles después de un mínimo de 2 semanas desde el diagnóstico original si tuvieron resolución de síntomas respiratorios y resultados negativos en una prueba de hisopo al final del período de aislamiento.
Los hallazgos revelados por la investigación demostraron afectación cardíaca en 78 pacientes (78%) e inflamación miocárdica en curso en 60 pacientes (60%), independientemente de las condiciones preexistentes, la gravedad y curso general de la enfermedad aguda y tiempo desde el diagnóstico original. Estos hallazgos indican la necesidad de una investigación continua de las consecuencias cardiovasculares a largo plazo de COVID-19.
De los 100 pacientes incluidos, 53 (53%) eran hombres, y la mediana de edad era de 49 (45-53) años. El intervalo de tiempo medio entre el diagnóstico de COVID-19 y el estudio fue de 71 (64-92) días. De los 100 pacientes recientemente recuperados de COVID-19, 67 (67%) se recuperaron en el hogar, mientras que 33 (33%) requirieron hospitalización. Se obtuvieron características demográficas, marcadores de sangre cardíaca y resonancia magnética cardiovascular (CMR). Se realizaron comparaciones con grupos de control sanos de edad y sexo de voluntarios sanos y pacientes con factores de riesgo.
Las comparaciones se hicieron con grupos de control de adultos normotensos que no tomaban medicamentos cardíacos, tenían volúmenes y funciones cardíacas normales y no tenían evidencia de cicatriz. También se hicieron comparaciones con pacientes con factores de riesgo para edad, sexo, hipertensión, diabetes, tabaquismo, enfermedad coronaria conocida o comorbilidades.
Un total de 78 pacientes que se recuperaron de la infección por COVID-19 (78%) tuvieron afectación cardiovascular según lo detectado por CMR estandarizado, independientemente de las condiciones preexistentes, la gravedad y el curso general de la presentación de COVID-19, el tiempo desde el diagnóstico original o la presencia de síntomas cardíacos. La anormalidad más prevalente fue la inflamación del miocardio, detectada en 60 pacientes recientemente recuperados de COVID-19 (60%), seguida de cicatrización regional y realce pericárdico.
Hasta donde sabemos, este es el primer informe prospectivo sobre una cohorte de pacientes no seleccionados con una infección reciente por COVID-19 identificada en un centro de pruebas local que se sometió voluntariamente a una evaluación de compromiso cardíaco con CMR. “Los resultados de nuestro estudio proporcionan información importante sobre la prevalencia de afectación cardiovascular en la etapa inicial de convalecencia. Nuestros hallazgos demuestran que los participantes con una escasez relativa de afecciones cardiovasculares preexistentes y con una recuperación mayoritariamente en el hogar tenían un compromiso inflamatorio cardíaco frecuente, que fue similar al subgrupo hospitalizado con respecto a la gravedad y el alcance”, advierten los investigadores.
Sin embargo, los especialistas reconocen algunas limitaciones: “Los hallazgos no están validados para el uso en pacientes pediátricos de 18 años o menos. Tampoco representan pacientes durante la infección aguda con COVID-19 o aquellos que son completamente asintomáticos con la enfermedad. Varios pacientes dentro de nuestra cohorte tenían síntomas nuevos o persistentes, lo que aumenta la probabilidad de hallazgos positivos de CMR. Los datos de resultados siguen pendientes. Las secuencias de imágenes utilizadas en este estudio se han validado, estandarizado y bloqueado para su uso en entornos multicéntricos. El uso de otros protocolos de imagen, parámetros de secuencia o enfoques de posprocesamiento puede arrojar resultados diferentes”.