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Universitarias de la UNAM refrendan exigencia de atención a violencia de género

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Las mujeres organizadas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) recibieron el año nuevo dentro de las instalaciones del plantel exigiendo a las autoridades universitarias que actúen ante las denuncias por violencia de género que este 2019 sacudieron a la máxima casa de estudios.
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En medio de la soledad del campus universitario, el grupo de mujeres inició los preparativos para la celebración: limpiaron el piso, pusieron a calentar una resistencia, subieron el volumen a la bocina y con una parrilla eléctrica prepararon el postre, arroz con leche, pues la cena correría a cargo de la colectiva feminista de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).

Mientras realizaban las tareas, que asignaron democráticamente, bailaban y cantaban al compás del reguetón, rompiendo una y otra vez los estereotipos.

Tania, con pants y suéter holgado desempacaba la fruta seca y otras provisiones que alguien trajo para apoyar la toma, así como algunos libros sobre feminismo y notitas cargadas de amor y aliento para no rendirse, venderse o claudicar.

Al fondo del pasillo, cerrado por las autoridades de la facultad, para evitar robos o saqueos, se aprecia la ofrenda de día de muertos que no alcanzaron a quitar el 4 de noviembre, cuando fueron sorprendidos por la voz de las mujeres que ya no estaban dispuestas a soportar el acoso, abuso y la violencia de género. Desde entonces, los salones se convirtieron en dormitorios, tendederos, almacenes, cocinas improvisadas y un búnker desde el que se apuntalan las demandas de las alumnas, maestras y trabajadoras.

Los muros también hablaron y se convirtieron en denuncias y exigencias de estudiar en espacios seguros. Sin embargo, las autoridades universitarias se han mostrado indiferentes a las demandas de las mujeres organizadas y a casi dos meses de la toma de las instalaciones no tienen respuestas concretas a sus reclamos.

Sentadas todas en un semicírculo esperan que esta noche lejos de sus familias, amigos y compañeras no sea en vano y que “por fin” la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pueda reconocer el grave problema de violencia contra las mujeres.

Entre tanto, las guardias de la lucha abren la reja de metal y reciben a sus compañeras que traen pozole y pasta vegana, arroz con verduras, pizza, pollo frito, pastel de zarzamora y, por supuesto, ponche.

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