Por Mauricio Lira Camacho
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Esta sorpresiva lluvia de fin de semana, puso al descubierto lo sucia que es la sociedad de Puerto Vallarta.
Vallartenses tapan rendijas de alcantarillas y lanzan muebles al río Pitillal.
No hay campañas, ni métodos que eviten las familias de Puerto Vallarta, tiren basura en las rejillas de las alcantarillas y lancen muebles al río antes citado.
Desde el pasado viernes y sábado, a lo largo y ancho de la Bahía de Banderas, se registró una sorpresiva lluvia desde la madrugada que fue intermitente horas después.
A todos tomó desprevenidos, al paso de las horas, se puso al descubierto que la suciedad permea en todos los rincones.
En un rápido recorrido efectuado por algunas zonas, se observó que en la avenida Grandes Lagos, las alcantarillas y boca calles, permanecieron totalmente tapadas, llenas de hojarasca, botes de cerveza, envases de agua de todo tipo, bolsas de plástico y demás.
Afortunadamente, no llovió tan fuerte como en época de precipitaciones, por lo que no se registraron grandes inundaciones en calles y avenidas.
En esta ocasión, lo que llamó la atención fue la caída de árboles, principalmente en la zona de la explanada del Hidalgo y calles en la colonia Aralias.
Una mayor cantidad de agua que hubiera caído, con el taponamiento de alcantarillas, habría creado inundaciones.
Aquí faltó acción inmediata de personal del ayuntamiento, para limpiar estos puntos claramente identificados.
Por otra parte, llamó poderosamente la atención en la afluencia del río Pitillal, la lente de este medio de comunicación, capto muebles flotando en la corriente.
Familias que abandonan o tiran muebles al río, como una forma de deshacerse de estos de una manera fácil.
Fue a la altura del puente vehicular en avenida Grandes Lagos, a un costado de las instalaciones del edificio de la Unirse, se pudo apreciar lamentable espectáculo, esto es, sillones yendo a la par de la corriente del río Pitillal.
