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Vendedores de alpaca burlan a inspectores de reglamentos

Trabajan libremente en el malecón

Una más.

Vendedores de alpaca burlan a inspectores del área de el malecón, permiten libre venta de plata falsa.

Engañan a visitantes nacionales e internacionales, les ofrecen productos presuntamente de plata a lo largo y ancho en el malecón.

En el malecón de Puerto Vallarta, la presencia de vendedores de alpaca se ha convertido en un tema de controversia y burla hacia las autoridades locales.

Estos comerciantes informales, que ofrecen joyería y artesanías de alpaca, operan libremente a lo largo del concurrido paseo marítimo sin recibir ninguna sanción o intervención por parte de los inspectores de reglamentos.

La situación ha generado malestar entre los comerciantes establecidos y los ciudadanos que observan cómo las normativas municipales parecen no aplicarse de manera equitativa.

A diario, los vendedores de alpaca instalan sus puestos improvisados en pleno malecón, atrayendo a turistas con sus productos a precios accesibles.

Sin embargo, lo que más llama la atención es la actitud desafiante que adoptan ante la presencia de inspectores municipales.

Estos trabajadores informales han desarrollado una especie de inmunidad ante las inspecciones, burlándose abiertamente de los funcionarios que, a pesar de su labor, parecen incapaces de aplicar las reglamentaciones vigentes.

La situación ha generado un clima de descontento entre los comerciantes formales, quienes cumplen con todas las regulaciones y pagan sus impuestos.

Estos empresarios ven con impotencia cómo sus competidores informales prosperan sin tener que enfrentar las mismas obligaciones y restricciones.

La percepción de una falta de control y autoridad por parte del gobierno local ha erosionado la confianza en las instituciones encargadas de mantener el orden en el malecón.

Ante esta problemática, algunos ciudadanos y comerciantes han solicitado una revisión y fortalecimiento de las medidas de regulación en el malecón.

Argumentan que la falta de acción por parte de las autoridades no solo afecta a la economía local sino también a la imagen turística de Puerto Vallarta.

La exigencia de una respuesta efectiva y justa se ha convertido en un clamor común, en busca de un equilibrio que permita mantener la vitalidad del malecón sin comprometer el cumplimiento de las normativas y la igualdad de condiciones para todos los comerciantes.

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