Por Mauricio Lira Camacho
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La gran mayoría de las personas indigentes, las que sufren y son débiles visuales, los discapacitados y las de la tercera edad, prácticamente viven en el abandono en cuanto a su movilidad, debido a que no cuentan con al suficiente seguridad y la estructura e infraestructura necesaria.
Algunos ejemplos claros, son en el sentido de que no hay seguimiento de movilidad en las banquetas para quienes deben usar sillas de ruedas.
En las banquetas existen demasiadas infraestrcuturas que obstaculizan el paso de las personas con alguna deficiencia física.
Muchas de estas personas con el riesgo de sufrir graves accidentes incluso de atropellamiento, pues al viajar solas, deben cruzar calles sin la ayuda de nadie, tomando en cuenta que entre conductores de diversas unidades no hay una cultura de respeto y de vialidad con respecto a los peatones.
No en todas las banquetas existen ramppas para subir y bajar de las banquetas, lo mismo que en los cruces del área del malecón hacia las calles transversales en el primer cuadro del puerto.
Los camioneros y taxistas principalmente circulan con exceso de velocidad e imprudencia, siempre con el riesgo de provocar un accidente.
Punto aparte merece el eterno problema de la falta de las condiciones ideales para el ascenso y descenso de personas con problemas físicos y de edad, en las escaleras de la presidencia municipal, que al igual en la unidad municipal adinistrativa, UMA, del fraccionmaiento Portales, no tienen las mínimas condiciones de seguridad.
En el centro de Puerto Vallarta ante la falta de concresión de un elevador tan prometido en anteriores administraciones municipales, hoy en día, empleados, regidores y turistas observan como lastimosamente ciudadanos en edad avanzada con vista cansada, personas que llegan con muletas, sillas de ruedas, batallan diariamente pues las condiciones no son las propias.
En promesas quedaron las ayudas para una mejor movilidad en el edificio central de la presidencia municipal en el centro de Puerto Vallarta.