Las infancias, las mujeres y hasta los adultos mayores, son los sectores más vulnerables, así lo alertaron especialistas de la asociación civil “La Casa de la Sal”
infobae.com
De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México residen 130 millones 118 mil 356 habitantes, de los cuales, las niñas y niños de 0 a 17 años, representan el 30.2% y se distribuyen en 49.1% de mujeres y 50.9% de hombres.
Y aunque el gobierno mexicano ha establecido leyes que protegen y promueven los derechos de este sector de la población, la realidad es que las infancias en México están expuestas a un sinnúmero de situaciones como la violencia que, a veces, ocurre dentro de sus mismas casas.
Las agresiones que pueden vivir abarca desde los gritos y golpes, hasta abusos físicos e incluso sexuales, que además de serios problemas psicológicos, incluso pueden derivar en graves enfermedades.
En el marco del día de la niña y el niño que en nuestro país se celebró el pasado 30 de abril, Infobae México platicó con La Casa de la Sal A.C, una asociación civil que da apoyo integral a niños, niñas, adolescentes, mujeres y personas adultas mayores con VIH Sida, una enfermedad que a pesar de sus más de 40 años de existencia, sigue siendo un estigma para quien la padece.
Pero si se conjunta con la pobreza y la desinformación, puede derivar en casos tan graves como el de amenazas de homicidio, el abandono de la familia y la falta de atención médica.
Discriminación y violencia
El 1 de diciembre del 2021 se cumplieron 40 años de conmemorar la respuesta contra el VIH Sida. Durante estas cuatro décadas se han generado avances científicos que han permitido mejorar la atención a las personas que viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), impactando de manera positiva en su calidad de vida.
Pese a ello, los mitos y creencias alrededor de este padecimiento siguen estando presentes, sobre todo en comunidades que no están muy urbanizadas. El acceso a los servicios médicos y que se respeten sus derechos más básicos sigue siendo un tema complicado para este sector de la población.
Si la situación de discriminación es fuerte para un adulto, en el caso de los niños es más complicado, ya que no alcanzan a comprender por qué no pueden hablar abiertamente sobre su enfermedad, así lo explicó a Infobae México Carlos García, Coordinador de Comunicación y Diseño de la asociación civil La Casa de la Sal, la cual atiende a niños, niñas, adolescentes, mujeres y personas de la tercera edad diagnosticados con el VIH-Sida.
“La discriminación en las infancias es muy diferente a la que viven los adultos… es más notoria la discriminación en la adultez y en las infancias es muy diferente (…) La mayoría de los niños que viven con el diagnóstico es porque nacieron con él, entonces ya están acostumbrados a tomar un medicamento que va a ayudar a cuidarse. Ellos normalizan vivir con el diagnóstico y para ellos vivir con el VIH es algo con lo que me tocó nacer y ya están acostumbrados (..) ellos no lo ven con todo este prejuicio y todo este estereotipo como en una persona adulta”, explicó.
Pero además, las infancias que viven con VIH-Sida también pueden enfrentarse a casos de abusos sexuales o suelen quedar alejados de sus familias, ya sea porque sus padres ya fallecieron a causa de la enfermedad, o porque sufren algún tipo de violencia y su permanencia en el seno familiar ya no es posible.
Otro sector muy vulnerable es el de las mujeres, quienes suelen ser contagiadas de VIH- Sida por su pareja o esposo y si ella queda embarazada, contagia a su bebé vía perinatal. Desafortunadamente, el diagnóstico de la enfermedad de una mujer embarazada suele ser tardío y no recibe tratamiento retroviral, por lo que el producto nace con la enfermedad.
Infancias vulnerables
La Lic. María del Socorro García Estrada, Directora de Programas Clínicos en La Casa de la Sal, A.C contó a Infobae México la historia de una mujer originaria de una comunidad en extrema pobreza, enclavada en el estado de Oaxaca, y quien tuvo que abandonar a sus dos hijos, de 3 y 1 año de edad, luego de recibir amenazas de homicidio después de que se filtró entre la comunidad -que se rige por usos y costumbres- que ella padecía la enfermedad.
Esta mujer -de quien se reserva su identidad- adquirió la enfermedad a través de su esposo, pero se enteró de su padecimiento una vez que él fallece. De alguna manera, la información llegó a oídos de los habitantes de su comunidad y amenazan con lincharla, por lo que huye de la población que no le permite llevarse a los niños, por lo que dejó a sus pequeños a cargo de sus abuelos.
Una vez en la Ciudad de México, en donde ya recibe atención médica y psicológica, intenta traer a sus niños para hacerles estudios y saber si ellos también padecen la enfermedad, pero sus padres ya no le contestan y ella no puede regresar a la comunidad por el riesgo de que sea asesinada.
“No se le permite a la señora, la misma comunidad (que se rige por usos y costumbres), no se lo permiten, sale ella huyendo y tuvo que dejar a sus dos hijos con sus papás, no ha vuelto a tener comunicación de sus padres porque ya no le contestan”, señaló la Lic. Socorro García.