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Voces de la pandemia | “Nos pidieron encerrarnos tres días, luego 14, luego siete más…”

proceso.com.mx

Gerardo, miembro de la tripulación de un crucero que se encuentra varado en la zona de Barbados, narra cómo ningún país permite su desem­barco y no logra que la Cancillería mexicana lo traiga de nuevo a casa.

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Estoy a bordo de un crucero de Royal Caribbean que salió de Miami el 13 de marzo. Formo parte de un grupo de unos 20 mexicanos que desde ese día permanecemos en el mar, pues ni la empresa ni el gobierno mexicano han podido repatriarnos.

Soy de las 700 personas de tripulación del crucero. Al día siguiente de que partimos de Miami sabíamos ya que no llegaríamos a los puertos que estaban previstos en el viaje, por la pandemia.

El 16 de marzo arribamos a las Bahamas y ahí desembarcaron varios de los pasajeros. Los restantes lo hicieron de regreso en Miami, el 17 de marzo. Pero nosotros, la tripulación, no pudimos.

Sin que nos dijeran a dónde, partimos de regreso al mar y durante tres o cuatro días estuvimos navegando sin saber el destino. Por fin nos informaron que llegaríamos a Barbados. Y aquí estamos, pero sin bajar del crucero, desde el 22 o 23 de marzo, ya es difícil recordar las fechas.

No fue sino hasta que llegamos a Barbados cuando por fin la empresa nos informó que la pandemia había llegado a Latinoamérica, que se habían cancelado todos los cruceros y que no podríamos desembarcar hasta que se consiguiera una forma de enviarnos a nuestros países de origen.

Eso solamente lo ha logrado un grupo de tripulantes de Indonesia, porque el gobierno de ese país organizó un vuelo para recogerlos y se pudieron ir.

Personal del crucero ha podido bajar a tierra, pero solamente por provisiones y combustible.

Luego la empresa nos avisó que dejaríamos de trabajar, de hacer nuestras tareas en el crucero, pero que de todos modos nos pagarían 13 dólares al día hasta que pudiéramos irnos. Desde el 26 de marzo dejamos de trabajar la mayoría de nosotros.

La empresa siempre nos ha manejado que no podemos irnos porque el Centro de Control y Prevención de Enfermedades del gobierno de Estados Unidos le ha negado el permiso; nos ha ofrecido conseguir vuelos charters para enviarnos a nuestros países, y después todo se cancela con el mismo argumento.

Pero vimos una nota del Miami Herald que dice que las compañías de cruceros pueden desembarcar y repatriar a sus tripulaciones siempre y cuando firmen un acuerdo con esa oficina del gobierno estadunidense en la que se hagan cargo de los vuelos y se responsabilicen de la repatriación… pero las empresas se han negado.

Luego de la tripulación de Indonesia, unos días después pudieron volver a su país algunos empleados de Filipinas. Los demás nos volvimos a quedar.

Ese día vimos que en el área de enfermería del crucero las encargadas estaban limpiando con mucho ahínco. Dos días después nos enteramos de que había varias personas enfermas, incluidos dos mexicanos.

Luego nos cambiaron a todos los empleados que quedamos a las habitaciones para los huéspedes, y tuvimos que permanecer encerrados como 20 días, una persona por habitación.

Primero nos pidieron encerrarnos tres días, luego 14, luego siete más, porque “más gente se estaba enfermando”. Salimos del aislamiento el 23 de abril y seguimos esperando que nos consigan avión, pero la compañía siempre cancela.

Ahora nos han dicho que nos moverán en los barcos. Hay como nueve cruceros varados en esta misma zona de Barbados. A ver si esta vez sí.

Eso sí, ahora abrieron el bar y nos venden bebidas. También tenemos que pagar los artículos de limpieza. Pareciera que no se tienen que preocupar mucho porque nos dan de comer.

Nos registramos en una página de la Secretaría de Relaciones Exteriores para pedir ayuda. He llenado el formulario de atención a mexicanos en el exterior por covid-19. Mi número de registro es 2020-03-4094. Un día nos mandaron un correo preguntándonos si seguíamos varados, contestamos que sí. Y ahí murió.

 

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